Tras un fallo judicial, un colegio privado de la Mar del Plata tendrá que indemnizar por más de seis millones de pesos a una exalumna que fue víctima de acoso, tanto físico como verbal, a tal punto de sufrir ataques de epilepsia.
Los jueces de la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Mar del Plata, Ricardo Monterisi, Roberto Loustaunau y Alfredo Méndez, ratificaron parcialmente el fallo que ya había dado a conocer el 23 de noviembre de 2022 Mariana Lucía Tonto de Bessone, la titular del Juzgado Civil y Comercial N°10 donde se cursó la demanda.
Para la justicia, la institución educativa es responsable por omisión y por falta de contención. Según el fallo, aseveran que se desentendieron de los hechos y que “minimizaron la situación vivida” por la alumna y agregan que una de las soluciones propuestas por el equipo directivo fue “mandarla a hacer una terapia”.
De esta manera, la Justicia falló a favor de la víctima de acoso escolar y determinó que la cifra total que deberá afrontar la institución es de $6.378.846,98. Este número se desprende de $3.178.847,98 por “incapacidad sobreviniente”, y de $3.199.999 por “daño moral”.
La denuncia por acoso escolar, que los jueces evaluaron con perspectiva de género, refleja los sucesos sufridos por la alumna entre los años 2016 y 2019, dentro del establecimiento educativo primario y secundario ubicado en el barrio de Las Américas.
Según publicaron en un medio local de la ciudad costera, la víctima sufrió agresiones de todo tipo como insultos, empujones, tropiezos y escraches cuando cursaba el 4º año del secundario.
La violencia sufrida, llegó a su punto más alto, cuando a causa de reiterados golpes y daños ocasionados, la víctima comenzó a tener convulsiones y ataques de epilepsia. En el fallo judicial, detallan que la menor, sufrió situaciones de “humillación”, “discriminación” y hasta fue expulsada de los grupos de WhatsApp.
Según explicaron, la exalumna ante la desesperación, entregó una carta a los directivos de la institución para que sea leída delante de sus compañeros.
“El deseo de la alumna para recomponer la relación previo a realizar el viaje o la fiesta de egresados quedó trunco ante la sugerencia de los directivos de no leerla ni generar un espacio de reflexión o interacción al respecto”, se desprende del escrito presentado por los jueces.
El acoso a la menor, comenzó a través de “episodios de hostigamiento, abusos, abucheos, silbidos, gritos y críticas por parte de los compañeros”, y finalmente derivó en violencia física como “empujones y trabas para que se tropezara”.
Según describió uno de sus amigos a la justicia, los compañeros le decían “tragalibros” o “la estudiosa” y contó que “la miraban mal, le decían que sus ideas eran muy malas, la discriminaban, la dejaban afuera de los grupos WhatsApp, y que si iban a hablarle a algún directivo del colegio hacían ‘oídos sordos’”.