En las últimas horas, surgieron los primeros adelantos de la primera entrevista que ofreció, Máximo Thomsen, condenado a prisión perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa. Tras escuchar la versión del rugbier, Susana Sosa, mamá del joven estudiante de abogacía asesinado, utilizó sus redes sociales para expresar su dolor: "Nunca olviden que es la sangre de mi hijo", escribió.
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En la nota televisiva, para Telenoche, el principal acusado y acusado de haber dado la patada que le ocasionó la muerte a Fernando, rompió el silencio y entre lagrimas, admitió que reza por la víctima. "Yo estuve ahí, le pegué, pero nunca quise que terminara así", aseguró al recodar lo sucedido la del 18 de enero de 2020 en la localidad costera de Villa Gesell.
Las declaraciones de Thomsen, llegan tras el cambio de representación legal que definieron algunos de los ocho condenados, la cual estuvo representada por Hugo Tomei durante el juicio. Esto, marca el inicio de un nuevo recorrido en el proceso judicial.
Vale la pena recordar que fueron condenados a reclusión perpetua Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Luciano Pertossi, Matías Benicelli y Ciro Pertossi. Los otros tres involucrados en el crimen, Ayrton Violaz, Blas Cinali y Lucas Pertossi, también recibieron la confirmación de sus condenas a 15 años de prisión, por ser partícipes secundarios.
Susana Sosa: "La única víctima es, fue y será Fernando Báez Sosa, asesinado a golpes".
Luego de la entrevista que Thomsen ofreció desde la cárcel de Melchor Romero, lugar donde se encuentra recluido, Susana compartió en sus redes sociales una foto de la zapatilla del rugbier y escribió: "Nunca olviden que es la sangre de mi hijo, es imposible perdonar lo que hicieron".
En una segunda publicación, compartió una imagen en la que se lo puede ver a Fernando, junto a sus padres Susana y Silvino. Allí expresó que "podrán hablar de arrepentimiento, de llanto, de ‘su libertad’, pero la única víctima es, fue y será Fernando Báez Sosa, asesinado a golpes".
Máximo Thomsen rompió el pacto de silencio desde la cárcel
Según su relato, el conflicto comenzó cuando la víctima le dio "una piña en la frente a Matías (Benicelli)". Luego de este altercado, ambos grupos fueron expulsados del boliche Le Brique de Villa Gesell, aunque aseguró que "nunca se peleó" dentro del local bailable.
Thomsen explicó que no vio cómo empezó el enfrentamiento en la calle, pero declaró: "Vi que fue corriendo uno de mis amigos a una ronda de ocho personas y me metí. Después me enteré que Fernando estaba haciendo burlas", justificó.
Además, relató que Enzo Comelli fue el primero en golpear a Fernando, en represalia por la agresión a Benicelli. "Yo sentí que me habían pegado una piña en el mentón y empecé a tirar patadas al aire. Después me enteré que le había pegado a Fernando, es algo que pasó, no me voy a esconder. Desde el primer día quise contar todo pero no me dieron la oportunidad de decir lo que había pasado", dijo.
El argumentó que había estado bebiendo desde temprano y estaba borracho, lo que afectó su percepción de los hechos. "Yo sólo entré a tirar patadas, no tenía noción de lo que estaba pasando. Cuando vi en el juicio que estaba mi zapatilla sobre la cabeza de Fernando dije 'sí, es mía'. No me quise esconder de lo que pasó, pero si nos van a declarar culpables que sea por lo que realmente pasó y no por lo que dicen que pasó", expresó antes de quebrarse en llanto.
Al reflexionar sobre el incidente, manifestó su remordimiento: "Cargo en la conciencia que murió por culpa nuestra, mía. Nadie lo quiso así, es algo que jamás se nos hubiera cruzado por la cabeza. Nadie es quien para quitarle la vida a una persona".
Finalmente, enfatizó que a pesar de las acusaciones en su contra, "no me siento un asesino, no quería que pasara esto. Si pudiera hacer algo volvería el tiempo atrás para que nadie tenga que perder una vida", reconoció conmocionado.