El Banco de España realizó una corrección a la baja sobre el pronostico del 2024 para la economía latinoamericana, y redujo del 1,7% al 1,3% el crecimiento estimado, por "fuerte revisión a la baja para Argentina" que también afectaría a otros países de la región.
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Se trata de un informe que trabaja con datos del segundo semestre del año pasado prevé un menor crecimiento en la región para este año, proyectando una expansión del 1,3%, cuatro décimas menos respecto al 1,7% que estimaba en la anterior proyección.
Textualmente el informe indica: “Para 2024, el consenso de los analistas anticipa un menor avance de la actividad (1,3%), algo inferior al de otras áreas emergentes, y 4 décimas inferior al previsto a mediados de 2023, especialmente por la fuerte revisión a la baja para Argentina".
En concreto para la economía de nuestro país, la entidad española indica un mayor riesgo de liquidez en las entidades crediticias por una mayor volatilidad de los depósitos en pesos y un acortamiento de sus plazos.
Por otro lado agrega que el sistema financiero local registra “endeudamiento muy elevado” en el sector público y privado, además de “segmentos de mercado sobreapreciados” y una “reciente injerencia de intermediación financiera no bancaria, que se suele comportar de manera procíclica”.
Además agrega que hay “riesgos operacionales ligados a la innovación tecnológica y al creciente uso de criptoactivos, que limitan la soberanía monetaria de los países, dan lugar a mayor volatilidad en los flujos de capitales y a riesgos de contagio entre mercados”. Según recoge Télam, se advirtió también por riesgos elevados vinculados al cambio climático, en especial por las sequías.
Asimismo la entidad española subrayó que el nivel de deuda pública en la región está “en niveles superiores al promedio de las últimas dos décadas”, lo que, junto a tasas de crecimiento bajas, “contribuye a aumentar la vulnerabilidad de las finanzas públicas”. En ese sentido, recomendó la aplicación de “reglas fiscales” que fijen “límites y normas para el endeudamiento, el déficit, el gasto o los ingresos públicos”.
Por último, el organismo enfatizó que algunos países “podrían beneficiarse de la compleja situación geopolítica global si se consolidara una incipiente tendencia, observada en algunos datos cualitativos, al aumento de la localización de actividades productivas por parte de empresas multinacionales”, una tendencia denominada como “nearshoring”. “Esto tendría efectos beneficiosos, a través, sobre todo, del aumento de las entradas de flujos de inversión extranjera directa”, concluyó el informe.