El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, celebró este domingo el exitoso canje de deuda alcanzado por el Ministerio de Economía, cuyo monto ascendió a $4,3 billones de pesos, logró una adhesión del 64% y de esta forma los vencimientos que se avecinaban los próximos meses, se prorrogaron hasta el año 2024 y 2025.
Pese al alivio que significó para el erario público, los referentes económicos de Juntos por el Cambio, salieron a cuestionar a través de comunicados y publicaciones en redes sociales, el canje de bonos de deuda cuyo vencimiento y consiguiente pago debían enfentarse en poco tiempo y a lo largo de todo este año.
Los economistas Hernán Lacunza -exministro de Economía de María Eugenia Vidal en Provincia y de Mauricio Macri en Nación-, Luciano Laspina, actualmente diputado nacional, y Guido Sandleris, –extitular del BCRA durante Cambiemos-, calificaron el canje como una “operación vil y ruinosa”.
En ese tren de cuestionamientos corrieron a lo largo de toda la semana estos economistas, que demostraron en la gestión de Cambiemos el camino a la ruina de las arcas públicas con reperfilamiento incluído.
La contundente respuesta de Gabriel Rubinstein
Es por eso que Rubinstein, Secretario de Política Económica y mano derecha de Sergio Massa, salió a contestar con un artículo en el diario La Nación, y una serie de mensajes en la red social Twitter. "El jueves 9 de marzo se concretó un exitoso canje de deuda en pesos. Inversores, empresarios, gobiernos de otros países, grandes ahorristas, digamos, “el mercado” en general, recibió muy bien este logro", escribió el economista.
"Suponía, con bastante ingenuidad, que mis colegas de Juntos por el Cambio, a quienes conozco desde hace años, reconocerían también el éxito de esta medida", continuó. "Pero no. Vía comunicado y vía tweets de Hernán Lacunza, Guido Sandleris y Luciano Laspina, Juntos por el Cambio volvió a mostrar su rostro más intempestivo".
En este sentido, propuso: "Qué tal, si empezamos discusiones técnico-políticas desde ahora,a ver si en 2024, en lugar del 0,9% de déficit (acordado con el FMI), ya con una economía más pujante (sin sequía, gasoducto NK1 completado), nuevo gobierno, nos animamos a procurar un presupuesto equilibrado?"
"Qué gastos bajaríamos? ¿Qué exenciones impositivas podríamos dejar de lado? ¿Alguien propone subir impuestos? Mucho para discutir. Y quién sabe, tal vez nos podríamos poner de acuerdo", indicó el economista.
"En una de esas, estaríamos logrando: a) Dejar de proponer el default como herramienta de política económica. b) Dejar de discutir sobre la necesidad del equilibrio fiscal y centrar la discusión en el “cómo lograrlo” (cuánto de baja de gastos, cuánto de suba de impuestos)".
