El presidente Alberto Fernández reveló que los detenidos por el atentado contra CFK se enviaban mensajes en los que planeaban otro intento de asesinato, esta vez contra el mandatario.
Fernández quiso dejar en claro que no se trató de un “loco suelto”, sino de un grupo de personas que ideó el intento de magnicidio de la vicepresidenta y anticipaban también su asesinato.
“Se conocieron las conversaciones de los culpable y decían que el próximo soy yo. Tengo que estar atento por si me pasa a mí, pero no puedo separarme de la gente”, expresó el jefe de Estado en una entrevista concedida a una señal de noticias española.
En ese sentido, reflexionó sobre lo sucedido y la actualidad de la sociedad argentina: “Algo no estamos haciendo bien para que en la cabeza de una persona penetre una idea tan horrible, no es un marciano ni una persona fuera de nuestra sociedad, vive entre nosotros. No es un loco, es una persona en sus plenas facultades”.
En relación a esto último, analizó que Sabag Montiel “sabía que iba a ser apresado” cualquiera sea el resultado de su plan, por lo que actuó de forma tal que asumió completamente todos los riesgos.
Recordó también que “no ha habido” crímenes políticos en el país desde la última dictadura cívico-militar de 1976, la época donde mayor brutalidad policial y militar hubo en la República Argentina.
“La imagen es muy dura, todos los sistemas de seguridad fallan, esa persona sabía que con cualquier resultado iba a ser apresado”, agregó.
En cuanto a la actualidad de Cristina Kirchner, afirmó que la vicepresidenta “está bien y entera” pese al intento de asesinato, que fue un momento de conmoción “para todos” los integrantes del Gobierno nacional.
Se comprobó que Sabag Montiel intentó recargar el arma
el dato de un testigo que estuvo a centímetros del brasileño de 35 años cuando gatilló contra la vicepresidenta podría cambiar toda la carátula de la causa y complicarlo aún más al imputado.
De acuerdo al relato de esta persona, Sabag Montiel intentó recargar su pistola Bersa tras fallar el disparo con el que pensaba ponerle fin a la vida de la titular del Senado, en la puerta de su domicilio, en las calles Uruguay y Juncal, en el barrio porteño de Recoleta.
Según detalló, el militante que se presentó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria para declarar, el brasileño, integrante de La banda de los copitos, luego del disparo a centímetros de la cara de la dos veces presidenta que no salió, manipuló la corredera de su pistola para empujarla hacia atrás, colocar una bala en la recámara y volver a disparar. El testimonio todavía no figura en el expediente de la causa.
De acuerdo a la palabra del testigo, Sabag Montiel no pudo completar la maniobra ya que en ese momento fue reducido por militantes, quienes lo identificaron con el arma apuntando a CFK. Acto seguido lo empujaron, la Bersa cayó al piso y él huyó corriendo, según reveló esta persona.
