El proyecto de Presupuesto diseñado por el equipo de Sergio Massa que el último jueves ingresó a la Cámara de Diputados incluye una desaceleración en la inversión en algunas áreas, pero busca "compensar" algunas demandas sectoriales, como el auxilio financiero a las obras sociales sindicales. Paralelamente, también busca disponer de un "blanqueo" que permitiría a los exportadores ingresar dólares no declarados para pagar importaciones y, de esta forma, no resentir la actividad.
Después de la extensa gira del ministro de Economía y de las sendas entrevistas con las autoridades de la Secretaría del Tesoro norteamericana y con el staff del FMI, quedó claro que la hoja de ruta trazada a comienzos de año con el organismo de crédito multilateral no podría desviarse sustancialmente y, por ende, el diseño de la ley de leyes debería seguir este sendero.
Encuentros previos
Antes de oficializar el proyecto, Massa mantuvo reuniones con el presidente Alberto Fernández, con la vicepresidenta, Cristina Kirchner, pero también se reunió con empresarios y con la mesa chica de la CGT.
El objetivo fue dar a conocer los principales lineamientos de la iniciativa que prevé las proyecciones de gastos e ingresos en 2023, un año electoral en el que el oficialismo se jugará la continuidad en el poder.
Se trata, además, de una de las demandas del Fondo en el acuerdo refrendado durante la semana. Y, a diferencia de lo ocurrido en 2021, esta vez el Gobierno apostará a poder sancionar el proyecto y evitar una crisis política como la sucedida en diciembre pasado cuando la oposición se negó a acompañar el presupuesto 2022.
Para ello deberá negociar no sólo con los gobernadores peronistas, que en la semana difundieron un manifiesto en el que piden "tarifas diferenciales en energía y transporte" y deslizan que para equilibrar las cuentas se podrían utilizar los $20 mil millones que cuestan las PASO.
La eventual suspensión de las primarias, de difícil concreción, traería problemas en la negociación con Juntos por el Cambio, que con sus 118 diputados podría condicionar la aprobación de la ley de leyes.
Confesiones a un integrante de la mesa chica de la CGT
Como Massa blanqueó a un jefe sindical con el que estuvo reunido en el Palacio de Hacienda, pese a la liquidación del campo por el "dólar soja" la situación "está muy difícil" y el nuevo Presupuesto deberá ser "equilibrado" pero con recortes en algunas áreas o bien ralentizar alguna obra pública no prioritaria.
A los popes de la central obrera les prometió una asignación por $100 mil millones para que en 2023 sea el Tesoro el que costee los rubros de transporte y educación de la Discapacidad que habitualmente cubren las obras sociales. Un reclamo del sindicalismo por el que venía presionando desde 2021.
"A nadie le gusta el ajuste pero Sergio no tiene otra alternativa. La oposición también sigue planteando fuertes diferencias. Nos dijo que ‘estamos finitos’ con el tema y que tenía que hacer recortes. El programa con el Fondo sigue estando ahí", explicó a este medio un jefe sindical consultado.
Más medidas para acumular reservas
Lo cierto es que la iniciativa parlamentaria también prevé un "blanqueo" para que las empresas que dispongan cuentas no declaradas en el exterior, pueda utilizar esos dólares para pagar importaciones. La restricción externa sigue presionando a un Gobierno que, no obstante, seguirá intentando disponer medidas para acumular reservas en el Banco Central.