El ámbito del fútbol argentino vuelve a ser manchado por el racismo. Aunque cueste creerlo, en pleno siglo XXII, ayer volvieron a escucharse insultos discriminadores en las canchas argentinas.
Boca visitó por le fecha número 12 de la Liga Profesional a Atlético Tucumán, pero el espectáculo quedó diluido por los agraviantes dichos por parte de los allegados del conjunto local para el peruano Luis Advíncula.
El equipo de Sebastián Battaglia dominó el encuentro la mayor parte del partido, pero al llegar los 41 minutos del ST, un hincha presente en el estadio Monumental Presidente José Fierro, gritó ante oídos de todos una frase irreproducible. Es más, gracias al micrófono ambiental de la transmisión televisiva, se pudo escuchar también por los usuarios que veían en vivo el partido.
“Dale negro put...” fue el insulto racista que recibió Advíncula en la noche de ayer en Tucumán cuando esperaba para realizar un lateral. Se escuchó clarito en la cancha, pero también en la televisión. Por eso, Sebastián Vignolo y Diego Latorre, los periodistas encargados de la transmisión, percataron y lo lamentaron inmediatamente. “Desagradable lo que se gritó recién desde la platea. Realmente desagradable”, comentó el Pollo y Diego coincidió en el comentario.
El ‘Rayo’ regresó al once titular de Battaglia luego de cumplir con la burbuja sanitara tras la fecha triple que disputó con la Selección de Perú por las Eliminatorias Sudamericanas. El partido que disputó frente ante el Decano fue, probablemente, la mejor participación con la camiseta azul y oro desde su llegada al club.
Luego de los goles de Lisandro López y de Rodrigo Montes para la victoria parcial de Boca por 2-0, los allegados de Atlético Tucumán, que si bien eran pocos, habían convertido el estadio en una caldera para lo que era costumbre en el fútbol argentino sin público desde hace 18 meses.
Porque además, en las tribunas laterales, la dirigencia del Decano permitió la entrada de 100 socios que tienen la cuota y fue la primera "semi presencia" para muchos. Por lo que significa que será difícil identificar quién fue exactamente la persona responsable de semejantes dichos.