Pablo Silva y Heine Allemagne diseñaron el aerosol "9,15", en relación a la distancia mínima para la barrera, con el objetivo de marcar la línea exacta donde los jugadores rivales deben defender el tiro libre del rival sin adelantarse. Desde entonces, la idea novedosa comenzó a recorrer por todo el país y empezó a crecer su producción en Argentina.
De la mano de Julio Grondona, el invento de Silva y Allemagne se empezó a ganar un lugar en el fútbol argentino y, de la mano de Joseph Blatter, llegó a la FIFA hasta incluirse de manera definitiva en el Mundial de Brasil 2014. Pero la muerte de Grondona y la expulsión de Blatter llevaron a que la venta pactada en 40 millones de dólares se frene sin destino a nada.
En el medio, Gianni Infantino asumió en la FIFA y desde entonces no hubo contacto con los sudamericanos, a pesar de que el aerosol continuó a nivel mundial. Por eso, luego de esperar por la voluntad desde Suiza, los creadores iniciaron el juicio correspondiente y tras tres años de una larga disputa recibieron el resultado favorable. De esta manera, se confirmó que la FIFA les tendrá que pagar 120 millones de dólares.
El valor finalmente es el triple de lo pautado porque al precio inicial de la patente se le sumaron multas por cada partido en donde se utilizó el aerosol 9.15, contando Mundiales y otras competencias internacionales de la FIFA.
"Dedicado al MÁS GRANDE DE TODOS. Esto es todo para usted, querido DON JULIO. Se que desde donde esté, estará muy feliz. ¡GRACIAS TOTALES!", expresó Silva en Twitter.