El consumo masivo sigue en picada y en el mes de julio se registró una de las peores caídas de la demanda en nuestro país. De acuerdo a la consultora privada Scentia, las ventas en supermercados y autoservicios se derrumbaron un 16,1% comparado con el mismo mes del año pasado.
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Se trata de la peor caída de la serie medida y de acuerdo al informe de la consultora, no se avizoran en el horizontes signos de algún tipo de recuperación. Sólo en la primera semana de agosto, el consumo en comercios cayó más de 21 puntos. De esa depresión se salvó sólo una de las cadenas del top 3, que salió con promociones muy agresivas y atenuó la caída.
También se trata del peor registro de estos meses: la segunda peor caída fue la de abril, con el 13,7%. Mientras que en junio, la merma había sido del 12,4% y con el dato de julio, el acumulado de los primeros siete meses del año arroja una disminución de las ventas del 9,6%.
La reactivación económica que promete el Gobierno se encuentra cada vez más lejos, y estadísticamente se vienen caídas peores de no mejorar algunos números. Esto se dará, ya que a partir del mes de agosto en el 2023 hubo repunte de consumo masivo, debido a entre otras medidas, la devolución del IVA y los créditos a baja tasa que brindó el ANSES durante la campaña electoral, por lo que la comparativa interanual dará peor.
Casi no hubo diferencias entre los distintos canales de venta: En los grandes supermercados, las ventas cayeron 16,6% (con cifras parejas entre AMBA e interior), mientras que en los comercios más chicos la cifra negativo fue de 15,5% (en este caso, mientras que en el AMBA los volúmenes vendidos se derrumbaron 7,7%, en el interior lo hicieron 24,6%).
Caída en todos los rubros
Es la primera vez, además, que según la medición de Scentia -que reporta tickets en todo el país en el 100 por ciento de los híper, y 17500 autoservicios- hay siete meses de caída consecutiva del consumo masivo en niveles tan elevados.
Las categorías de productos más golpeadas fueron las que bebidas con alcohol, que cayeron 25,2%; y los productos impulsivos (como las golosinas, por ejemplo), cuyas ventas se derrumbaron 25,5%.
Las bebidas sin alcohol ocuparon el tercer lugar en el ranking de bajas, con 23,7%; y le siguieron higiene y cosmética y limpieza de ropa y hogar, con 20,9% y 17,9%, respectivamente. Los alimentos para desayunar y merendar se contrajeron 12,6%; alimentación, 9,6% y, por último, los perecederos, con una merma del 7,3%.
Caída más pronunciada en el interior
El informe también destaca que en el interior del país, la situación es aún peor. Allí las ventas en los hipermercados cayeron 17,1 por ciento, por sobre la media general. Mientras que en autoservicios del interior la caída fue de 24,6 por ciento.
En algunas provincias, según los propios comerciantes, más allá de la recesión generalizada, el atraso cambiario influyó e hizo caer toda la demanda de países limítrofes en locales de frontera. Aunque parezca mentira, esas ventas pesaban mucho sobre los totales. "Ya no vienen a comprar acá", apuntan en el interior.