Las estaciones de servicios comienzan a preocuparse por la caída del consumo de combustible. En medio del aumento del 3,5% en el litro de la nafta y el gasoil -debido al incremento que definió el Gobierno en el impuesto a los combustibles líquidos (ICL)- la demanda total cayó un 8% en abril de este año en comparación del mismo mes que en 2023.
En el segmento público en general, que representa el 68% del consumo, la caída fue del 13,7%, según los datos reflejados por la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de Hidrocarburos Energía Combustibles Derivados y Afines (CATHEDA).
Por su parte, en Capital Federal fue el único lugar donde el consumo aumentó: se trató de casi un 2%. Esto se explica por su menor valor y el mayor poder adquisitivo.
Asimismo, en lo que representa la demanda de los sectores Agro, que representa el 11% del total, y el industrial, que representa el 21%, mostraron un leve crecimiento.
La reducción en las ventas se explica por una baja del 6,3% en las ventas de gasoil, mientras las de naftas se redujeron 10,6%, según agregó el informe de tendencias energéticas del mes de mayo que elabora el Instituto Mosconi (IAE).
Por otra parte, las ventas de gasoil acumuladas durante los últimos doce meses se redujeron 2,6% respecto a igual periodo anterior: las ventas de gasoil ultra fueron 8,2% menores mientras que las de gasoil común, que representa el 72% del gasoil comercializado.
El consumo no levanta: las ventas en supermercados y autoservicios cayeron un 10% interanual en mayo
Las ventas en supermercados y autoservicios continúan sufriendo las medidas de ajuste del Gobierno nacional. Durante el mes de mayo registraron una retracción del 10% interanual, mostrando una fuerte recesión en el consumo. Si bien la caída se desaceleró frente al 13,8% registrado en abril, y a la caída de marzo, no logró quebrar la barrera de los dos dígitos.
La disminución en el quinto mes del año fue del 10,5% en las cadenas de supermercados y de 9,5% en los autoservicios, de acuerdo al relevamiento elaborado por la consultora Scentia. De esta manera, el valor acumulado durante los primeros 5 meses del año fue del 8%.
Estos datos se conocen en medio del pedido que el FMI le hizo al Gobierno para que mejore "la calidad del ajuste" e implemente políticas para "desbloquear el crecimiento, el empleo formal y la inversión".
La categoría más afectada por el nuevo derrumbe en el consumo es la de alimentos perecederos, que tuvo una merma del 20,5% interanual. De cerca le siguieron las bebidas, que tuvieron un retroceso del 19,1% interanual en su variante con alcohol, mientras que las sin alcohol se derrumbaron un 18,3%.
En tanto que los productos de higiene y cosmética, limpieza y los impulsivos, entre los que están las golosinas, registraron una disminución en sus ventas de entre 12% y 14%. Lo que menos cayó fueron los alimentos de desayuno y merienda (-6,5%) y el rubro alimentación en general (-1,2%), que incluye a los productos más básicos.