Lucas Pratto ha sido uno de los futbolistas más importantes para River en el ciclo de Marcelo Gallardo. El Oso llegó a Núñez a principios de 2018 y pagó con goles importantes su valor: le convirtió a Boca en la final de la Copa Libertadores, tanto en la Bombonera como en el Santiago Bernabéu.
Más allá de que los hinchas lo reconocen y quedó como un héroe de aquella gesta millonaria, lo cierto es que Pratto no se fue del todo bien del Millonario, sobre todo por su relación con Gallardo. El Oso y el Muñeco tuvieron ciertas diferencias en la última etapa, por lo que el delantero tomó la determinación de dejar el club. Ahora, con presente en Defensa y Justicia, reveló detalles de lo que fue aquel cortocircuito con el entrenador más ganador de la historia de River.
Lucas Pratto y los detalles de su relación con Marcelo Gallardo
"Las relaciones humanas son difíciles. Y más con gente que tiene personalidad como Marcelo y yo, que somos frontales, que tenemos una creencia y la moldeamos a medida que pasa el tiempo. Capaz podría haberme manejado de otra manera a nivel expresiones. Yo soy muy frontal, demasiado. Se me sale la cadena, pero bien, sin faltarle el respeto a nadie. El día a día desgastó un poco a los dos por la manera que somos. En su momento, fue una decisión acertada", expresó el Oso en diálogo con Sacá del medio (Radio continental)
Más allá de su incómoda salida del club, Pratto sigue manteniendo cariño por River: "Pasa el tiempo, parece que (la final en Madrid con Boca) pasó hace mucho. Me lo recuerdan siempre y me pone feliz. A medida que pasa cada aniversario, uno se va dando cuenta de lo que logramos y se disfruta muchísimo más. Me tocó la suerte de hacer goles en finales, entonces la gente muestra que estará agradecida siempre por eso. Con River me pasó algo especial, en mi primer año conseguí lo máximo a contra el máximo rival, por eso es difícil describirlo con palabras", agregó.
Además, el delantero habló de su repentina salida de Vélez: "La cabeza, el estrés. Me jugaba en contra querer mucho al club y tratar de hacer más en vez de preocuparme por jugar. Llegué con ese pensamiento y al tiempo me costó a nivel personal. Lo considero mi casa. Los últimos meses estuve incómodo, la verdad no estaba bien de la cabeza y en Defensa encontré alivianar eso. Liberé la cabeza y volví a disfrutar del día a día y los partidos, me toque o no me toque jugar".
Por último, contó cómo se vivió el último tiempo en el club de Liniers: "Sentía que le debía explicaciones a todo el mundo y capaz está mal. Hablé frente a frente con hinchas, dirigentes y compañeros. Lo que me choca es que cualquiera tiene derecho a decir lo que siente, pero no se bancan que uno responda de una manera que no le gusta. Lo digo en general, no por el hincha. Fueron cosas que me llevaron a tomar ciertas decisiones".