Elián Valenzuela, mejor conocido como L-Gante, tuvo un fin de semana a puro shows en Uruguay. Sin embargo, más allá de su gran éxitos en la música, el cantante de 24 años viene atravesando un delicado momento personal.
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Este lunes, luego de ser noticia en todos los portales mediáticos por su relación con Wanda Nara, el artista emitió un comunicado en su cuenta de Instagram y describió en detalle cómo su vida se transformó en una espiral de angustia, presiones y hostigamientos que no cesan.
“Los años me fueron curtiendo, el odio, la envidia, la crítica clasista y racial sobre mi persona, no hicieron más que fortalecerme. Siempre dije que toda esa mala onda que me tiraban me hacía más fuerte y así fue hasta hoy”, relató. Sin embargo, confesó que la presión de los últimos meses lo llevaron a un estado de angustia que no había experimentado antes. “La realidad es que hoy estoy lleno de angustia y dolor. Lograron llevarme a un lugar que nunca imaginé”.
“Soy Elián Valenzuela, pero todos me conocen como L-Gante. Tengo 24 años, soy artista y desde hace mucho tiempo me gano la vida a base de música. Siempre lo dije, soy un pibe de barrio que todo lo que logró lo hice desde abajo, rompiéndome el alma, sobreponiéndome a un sinfín de obstáculos, sobre todo el del prejuicio”, comienza el mensaje.
El punto de inflexión, según L-Gante, fue el juicio en el que fue absuelto. Aunque pensó que ese fallo judicial marcaría el fin de los ataques en su contra, el artista asegura que ocurrió todo lo contrario. “Creí que el juicio en el que me absolvieron iba a ser un punto de partida, pero me equivoqué. Desde la absolución solo tienen un propósito. Quieren, necesitan verme caer”.
En el comunicado, Valenzuela lanzó duras acusaciones contra quienes considera responsables de este acoso constante. “¿Quiénes? Parte de los abogados a los que me enfrenté y les gané en Tribunales, mucha prensa que me extorsiona a diario, exigiendo que o les doy una nota o me ponen a un abogado a hablar mal de mí. Las personas me han dicho muchas veces: ‘Préstame plata o te denuncio’. Todo se volvió un calvario”.
"No paran con los agravios, no paran de ensuciarme mediáticamente", se quejó. Uno de los episodios más graves, según el artista, fue la acusación que lo vinculó con el narcotráfico. “Primero dijeron que estoy involucrado e incluso fotografiado en medio de una investigación por narcotráfico. Mentira, no hay una sola causa donde mi nombre y reputación estén en juego”, afirmó.
Sin embargo, lejos de detenerse, L-Gante denunció que las difamaciones escalaron a niveles más perturbadores. “Ahora, como se les acabó esa mentira, lejos de parar, inventan una más horrible si es que existe. Convivo con autos raros siguiéndome, mi domicilio, el de mi hija, el de mi pareja, aparecen a diario en los medios. Ustedes no van a parar hasta que algo me pase”.
Luego el cantante reflexionó sobre el impacto de esta persecución en su salud mental: “La mediatización y el show televisivo se transformó en persecución. Hasta siento que ya no solo quieren verme preso, tal vez buscan verme muerto o que yo mismo me quite la vida. Llegaron demasiado lejos, no creí que serían capaces de tanto. Me equivoqué. Esto preocupa a mi hija, mi pareja, a mis familiares y a todas las personas que me quieren"
En su pedido final, llamó a la reflexión. “Les pido por favor que cuiden la salud mental de las personas, así por una vez se ahorran el ridículo que hacen hablando del tema cuando ya es demasiado tarde”, sentenció, al dejar en el aire una advertencia inquietante.