En abril, el gobernador macrista de la provincia de Mendoza, Rodolfo Suárez, había criticado al gobierno por "falta de vacunas" y hecho responsables de la segunda ola de coronavirus en el país. Durante este fin de semana se desarticuló un vacunatorio clandestino en su provincia, precisamente en la ciudad de San Rafael.
Este domingo, la policía realizó un allanamiento en un domicilio particular ubicado en Coronel Campos al 800. El médico Rubén López, dueño de tres geriátricos, quedó detenido junto a su esposa e hija. También fueron demorados un enfermero con licencia vencida, tres vecinos que concurrieron a vacunarse y un remisero trucho, aunque este último oficiará como testigo.
Todo alrededor de este hecho es raro. Las hipótesis que se estudian es es que nunca vacunaron a los ancianos o que le sobraron dosis, aunque tampoco descartan el robo. Lo que realmente sorprende es que no hubo pedido de remuneración por las inoculaciones.
Una fuente ligada a la causa declaró: "Es todo muy extraño, el doctor lo presentaba como un favor a los vecinos de la zona donde vive y no cobraba por la vacuna, aparentemente, pero es raro porque montaron toda una estructura con enfermero, remis para llevar la gente. Es raro que hicieran todo gratis. Además o nunca vacunaron a los viejitos o tenían que justificar esas vacunas de alguna forma".
Una de las principales tareas que tienen los investigadores es averiguar la trazabilidad de los lotes para determinar de donde salieron los mismos y saber si fueron robadas, que nunca se aplicaron o sobrantes.
Durante el procedimiento encontraron ampollas vacías y vacunas listas para aplicar. Las que estaban refrigeradas, unas 10 dosis fueron devueltas al área sanitaria. Todo indica que las dosis de AstraZeneca tenían como destino los geriátricos Renacer 1, 2 y 3. A partir de ahí el doctor López invitaba a los vecinos por WhastApp y armaba grupos de cinco personas.