El pasado lunes 6 de febrero, los ocho rugbiers que estuvieron presentes en la trágica noche del 18 de enero de 2020, a la salida del boliche Le Brique, de Villa Gesell y fueron artífices del asesinato de Fernando Baez Sosa, recibieron su merecida condena en el Tribunal en lo Criminal N°1 de Dolores. Los jueces, dedicieron mantener la "Línea de cinco" y la "Linea de tres", y otorgaron penas diferentes.
A Máximo Thomsen; Ciro Pertossi; Enzo Comell; Matías Benicelli y Luciano Pertossi, les dieron la pena máxima de prisión perpetua, mientras que a los tres restantes, Ayrton Viollaz, Lucas Pertossi y Blas Cinalli, les otorgaron 15 años por ser partícipes secundarios de los hechos, aunque la querella de los familiates de la víctima, va a ir a la Cámara de Casación a buscar apelar y poder conseguir perpetua para los ocho.
Luego del tenso lunes, en el cual se retiraron absolutamente repudiados por los vecinos y vecinas de Dolores, los rugbiers regresaron a la Alcaldía de Melchor Romero en La Plata, donde pasaron su primera noche. A la espera de que la Justicia tome una decisión acerca de cuál va a ser su traslado definitivo para que cumplan sus condenas, diversas fuentes han filtrado cómo lo han pasado allí.
¿Cómo fue la primera noche de los rugbiers en el penal de Melchor Romero?
Según fuentes policiales, la primera noche de los ocho condenados por el crimen de Fernando Baez Sosa fue normal y durmieron en cuatro celdas con capacidad para dos personas. Los guardias penitenciarios, aseguraron que "tienen buen comportamiento y un buen trato con el personal que los controla", y que este jueves, recibirán las visitas de los familiares.
En esta Alcaldía, se les permite las visitas de dos familiares por detenido, los cuales aprovechan para darles alimentos, ropa, libros o revistas. Además, afirmaron que hasta el momento no les hizo falta pedir ningún tipo de ayuda psicológica, aunque se encuentran totalmente ansiosos por saber a qué penitenciaría van a ser derivados.
Sin embargo, tampoco es todo color de rosa para los condenados, ya que se encuentran reazando para que sean pasados hacia el pabellón de los evangelistas mientras dure su estadía en Melchor Romero. En dicho sector, ellos tendrían "un poco más de tranquilidad" en la prisión, aunque los vecinos de Zárate aseguraron que "nunca fueron a la iglesia, ni tampoco recurrían frecuentemente a misa".
En este penal, los rugbiers estuvieron tres años encerrados, desde aquel 2020, hasta el primer día del juicio, y recibían las visitas de psicólogos, pastores evangélicos y las famosas "visitas higiénicas" de sus novias, aunque esto se fue cortando a medida que pasó el tiempo. Por otra parte, asistían a un taller de huerta , miraban la televisión y, por consecuencia de la pandemia, también tenían acceso al uso de celulares. Esto último, tal como confirmaron desde el Servicio Penitenciario Bonaerense, era un solo teléfono para todos, lo que ocasionaba conflictos entre ellos.
Por el momento, lo que se prevé es que sean trasladados a pabellones donde puedan compartir con reclusos "con buena conducta", entre ellos, ancianos y detenidos que estén a punto de recuperar su libertad, con el objetivo de que "se vayan adaptando".
Fuentes judiciales aseguraron que una de las posibilidades es que la Defensa pida el traslado de los ocho condenados al penal de Campana, ya que estarían cerca de sus familias, en la ciudad de Zárate.