El Gobierno nacional estableció, mediante un nuevo decreto, que las aeronaves públicas solo podrán utilizarse para fines oficiales y no para actividades privadas.
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La normativa, firmada por el Presidente Javier Milei, prohíbe el uso de estas aeronaves en cualquier actividad aérea que no sea esencial para el servicio público.
El decreto 2024-712 estipula que "las aeronaves públicas no podrán ser utilizadas para realizar ninguna actividad aérea distinta de aquella que hace a su condición jurídica esencial al servicio del poder público". Además, queda prohibida “su utilización en cualquier actividad aérea que, por su condición, pueda ser considerada propia de una aeronave privada”.
Javier Milei le impondrá límites al uso de aviones del Estado
Según la nueva normativa, los aviones y helicópteros que pertenecen al Estado, ya sean nacionales, provinciales, municipales o de empresas estatales, podrán llevar a cabo actividades comerciales de transporte y trabajo aéreo solo si cuentan con las autorizaciones pertinentes de la autoridad aeronáutica.
También se indica que los servicios de navegación aérea deberán dar prioridad a las aeronaves públicas y que estas podrán ser contratadas solo para operaciones interjurisdiccionales dentro del Sector Público.
La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) tiene un plazo de 120 días para desarrollar una normativa específica sobre el uso de estas aeronaves, tanto públicas como privadas.
En cuanto al uso de aeronaves presidenciales, el presidente Javier Milei había optado por vuelos comerciales al inicio de su gestión. Sin embargo, tras recibir recomendaciones del Ministerio de Seguridad sobre posibles riesgos, Milei dejó de usar vuelos comerciales para sus viajes.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, explicó en abril que "el Presidente no puede viajar más en vuelos comerciales" debido a las alertas de seguridad.
Milei había prometido durante su campaña electoral reducir el uso de la flota presidencial, pero las circunstancias de seguridad lo llevaron a reconsiderar. A principios de su mandato, utilizó vuelos comerciales para viajes al exterior, pero un viaje a Bariloche en abril activó nuevamente el uso de aviones oficiales.
En la Casa Rosada, se reconoció que la decisión de evitar el uso de la flota presidencial fue un error, especialmente cuando el Presidente tuvo que cancelar un viaje a Dinamarca por los riesgos asociados con el uso de vuelos comerciales en un momento de tensión internacional.