La reconocida marca de ropa y calzado deportivo Topper, suspendió temporalmente la producción en su fábrica que se encuentra en la provincia de Tucumán, y licenció por una semana a 1.200 trabajadores que se desempeñan allí, incluyendo 938 operarios.
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La compañía adujo que este parate se debe a un exceso de stock, lo que es provocado por una falta de demanda. De esta manera la empresa comienza a tomar medidas ante la caída de las ventas en todo el país.
No se trata de las primeras decisiones de la empresa ante la profunda recesión: entre marzo y abril, Topper despidió a 120 empleados y, por la falta de ventas, la empresa tuvo que tomar decisiones drásticas para reducir costos. En este sentido, los empleados con mayor antigüedad fueron obligados a tomarse las vacaciones pendientes, pero esta medida no fue suficiente para aliviar la crisis.
Jorge Fugaracho, representante provincial de la Unión Trabajadores de la Industria del Calzado de la República Argentina (UTICRA), se refirió en las últimas horas a lo sucedido: "Ojalá que esta vez no pase, sería el peor escenario para una ciudad como Aguilares, que tiene en los rubros textil y del calzado unas importantes fuentes de trabajo".
El sector de producción textil se encuentra en un momento muy díficil, y todo se vio agravado por las recientes medidas que anunció el Gobierno nacional. La eliminación del control aduanero del etiquetado para productos textiles y de calzado generaron honda preocupación entre los empresarios, ya que al habilitar la entrada de productos del exterior, más baratos, la competencia será muy dura.
Sobre esto, Fugaracho sostuvo: "Las últimas medidas del Gobierno no parecen que vayan a ayudar a que se recupere la producción nacional".
Por su parte Alejandro Muñoz, empresario del sector calzado en Aguilares, relató: "Con el gobierno del expresidente Mauricio Macri me fundí por lo mismo, porque no se vendía. Pero me levanté con mucho esfuerzo y otra vez lo mismo. Si a la caída de las ventas se le suman facilidades para la importación, el resultado será la destrucción de la industria nacional".
La apertura importadora agravará la situación del sector textil que ya está llegando a un punto límite, en donde la caída de ventas generó una fuerte crisis. Las suspensiones de empleados y el parate temporal de las fábricas son las primeras medidas que toman las empresas, sin embargo, de continuar esta caída del consumo, se vendrá una ola de despidos masivos en todos los sectores de la industria afectados por la caída del consumo.