Ni la reciente obtención de la Copa América por parte de la Selección Argentina salvó del vendaval que vive por estas horas Claudio “Chiqui” Tapia al frente de la AFA. El presidente de la casa madre del fútbol atraviesa el peor momento de su gestión. Acorralado por la Inspección General de Justicia (IGJ) que dictaminaría que fue inválida la asamblea que lo reeligió como presidente de la entidad y prácticamente sin banca desde ningún sector del fútbol ni del Gobierno, parecería tener las horas contadas y cerca de estampar su renuncia.
Su suerte ya estaba casi echada hace un mes y medio, pero soñó que la imagen de Lionel Messi levantando la copa podría darle fuerza para seguir en el cargo. Sin embargo, con el pasar de los días sucedió todo lo contrario y la tormenta se acrecentó: todos le soltaron la mano.
Al borde del abismo: un repaso de todos los motivos
Primero, el máximo dirigente del fútbol argentino se encuentra en pleno conflicto judicial por "chanchullos" que hizo durante su gestión. La IGJ podría decidir en poco tiempo que la asamblea en la que fue reelecto (mediante un zoom por la pandemia) tiene que repetirse, por lo que se anularía su reelección.
Tapia está complicado por las causas de presunto lavado de dinero y defraudación impulsadas por Graciela Ocaña. La diputada nacional denunció que "Chiqui" favoreció a amigos y allegados con contratos millonarios de la AFA.
Por estas razones, entre otros, en el Gobierno ya no lo quieren.
Una muestra de ello es que ni si quiera consiguió una sola foto mano a mano con el Presidente. El último desplante fue hace dos meses cuando desde Presidencia de la Nación lo dejaron afuera del cónclave entre Alberto Fernández y el titular de la Conmebol, Alejandro Domínguez, cuando aún se negociaba que la Copa América se dispute en territorio argentino.
Incluso yendo más atrás en el tiempo, perdió el apoyo de quienes lo depositaron el sillón que era de Julio Grondona.
Sobre todo, uno que es clave: el de Hugo Moyano. Su suegro o ex suegro, le soltó la mano por motivos futboleros y familiares.
El líder camionero está convencido que a Independiente lo perjudican los arbitrajes, tanto en el fútbol local como en Conmebol.
Pero la queja no es solo en Independiente. Pablo Moyano denunció en junio una campaña de la “AFA macrista” contra el Club Deportivo Camioneros, que milita en el Federal A, categoría que comanda la mano derecha del Chiqui en Viamonte, Pablo Toviggino.
El número dos de camioneros, quien tiene históricas diferencias familiares con su ex cuñado Tapia, había organizado en aquel entonces una marcha a la sede de la AFA para protestar contra los arbitrajes y disparó munición gruesa contra Tapia y Toviggino en redes sociales.
A raíz del momento complicado por la pandemia y para evitar aglomeraciones, Pablo dio marcha atrás horas antes y postergó la marcha.
La realidad es que también se había enterado de la maniobra que Tapia y Toviggino le habían armado: los esperaban con un “operativo policial”.
Sin embargo, enseguida encontró la manera de “pegarle” a Tapia donde más le duele: como vicepresidente de Independiente, le pidió a Marcelo Tinelli una reunión. Rápido de reflejos –como siempre-, el presidente de la Liga Profesional, aceptó enseguida la invitación y se fue raudo hasta la sede porteña de camioneros en la calle San José.
Desde las redes oficiales del sindicato (Infocamioneros) informaron esa reunión con un título sugestivo: “Una foto vale más que 1.000 palabras”.
Sucede que Tinelli y Tapia se distanciaron definitivamente desde fines del año pasado cuando el presidente de AFA empezó a ver que el conductor tomaba más protagonismo que él en el fútbol. “Chiqui” terminó transformando esos fantasmas en realidad y hoy Tinelli es su enemigo principal, el hombre que lo puede sacar del sillón de la calle Viamonte.
Hasta los jugadores de la Selección le dan la espalda
Tapia lo quiso disimular con los festejos. Pero la realidad es que durante la Copa América se filtró un nuevo escándalo que lo tuvo como protagonista puertas adentro del predio de Ezeiza. Ante el duro panorama antes contado, "Chiqui" se aisló en el predio de la AFA en una burbuja paralela a la de la Selección.
Con el correr de los días comenzaron los roces y problemas por los cuales los jugadores y el cuerpo técnico se enojaron, y mucho.
Las dos burbujas en el predio generaron un gran riesgo de contagio. Una es del seleccionado que competía en la Copa América y otra era la de Tapia y el séquito de dirigentes del ascenso y empleados administrativos que tiene.
Para variar, Tapia y su gente rompieron la burbuja con algunas salidas. Como era de imaginarse, ante esto los jugadores se plantaron y pidieron no tener contacto con nadie más.
Esa relación también parece que se rompió para siempre.
Rodeado de enojos y enemigos, la salida de Tapia de la AFA sería casi un hecho. Es cuestión de horas...