Hace una semana, Estados Unidos volvió a vivir una situación violenta con el tiroteo en la escuela de Texas. El hecho conmocionó a todo el país, pero no por la crueldad del mismo, sino por la reiteración de estas situaciones. Un joven ingresó a un colegio y asesinó violentamente a 19 estudiantes. Ahora, completamente destrozado por esta masacre, el padre del asesino rompió el silencio.
El padre del asesino de Texas
Salvador Ramos fue quien perpetró el triste tiroteo y su padre decidió salir a hablar. Tratando de pedir disculpas a las familias de los asesinados y echándose la culpa, comentó: “Han matado a mi hombrecito. No veré más a mi hijo, como los otros padres no verán a los suyos y eso me hace mal”.
Al parecer, el motivo del ataque se debió a que el individuo de 18 años habría sufrido bullying en la escuela donde cometió el delito. “Nunca me hubiera esperado algo así de mí hijo. Lamento lo que ha hecho, debería haberme matado a mí”, declaró Ramos Padre.
El hombre declaró que sentía culpa por lo ocurrido debido a que el y su hijo no tenían la una buena relación. Incluso, confesó que su propia madre lo culpo de las acciones de su nieto: “Mi madre me dice que probablemente me habría disparado a mí también, porque siempre decía que no lo quería”.
Además, describió a su hijo como "una persona normal" y que "se limitaba asimismo". También reveló que empezó a notar que practicaba boxeo y se ejercitaba diariamente. Esto empezó a englobarlo con los hechos y mencionó estas conductas que pudieron haberlo cambiado.
El hecho
Salvador Ramos, el asesino, ingresó a una escuela de Uvalde (Texas, EEUU) y asesinó a 19 estudiantes y dos profesores. El hecho sucedió cerca de las 11:30 de la mañana. Greg Abbot, gobernador de Texas, confirmó que el atacante tenía 18 años y llevaba consigo una pistola y un rifle AR-15. Dos horas antes de la masacre, subió una foto a sus redes sociales en la que se lo podía ver con dos armas de asalto.
La única sobreviviente
Miah Cerrillo, de sólo 11 años, fue la única sobreviviente de su curso en el trágico día. Para evitar que el agresor la asesinara, Miah se untó con sangre de una compañera en el cuerpo y se hizo la muerta. La triste situación le salvó la vida, pero sufrió el ver a sus mejores amigos morir.
Ramos estuvo al rededor de 45 minutos en su aula y durante todo ese tiempo, la niña logró mantenerse quieta para que no note que estaba viva. Su tía contó se está recuperando y luchando por sobrellevar la pérdida de sus amigos. Luego, reveló que a una maestra, antes de asesinarla, le dijo: "Buenas noches".