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La inversión en ciencia registró una caida anual del 30%, la peor marca en 50 años

Solo se destinan tres pesos de cada mil a la ciencia, lejos del 1% mínimo recomendado por la UNESCO para el desarrollo científico.

Miércoles, 29 de mayo de 2024 a las 21 39,

Por Ezequiel Bucetto

Miércoles, 29 de mayo de 2024 a las 21 39,

Bajo el panorama de una creciente preocupación en el ámbito científico, Francisco Carriquiriborde, delegado de ATE-CONICET, expresó: "Los salarios vienen totalmente atrasados, como en el resto de la administración pública".

Carriquiriborde también subrayó la difícil situación de los becarios doctorales del Conicet, señalando que sus ingresos se encuentran por debajo del umbral de pobreza.

Según los últimos informes del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (Ciicti), la inversión en ciencia y tecnología en Argentina, así como los salarios de los científicos, experimentaron la peor caída desde 1972.

La crisis de la ciencia en Argentina en los últimos años

El representante de la asamblea destacó que "desde el 2015 a la fecha se ha perdido el 24% del poder adquisitivo o del salario real de las becas y el 35% de lo que son los investigadores en el primer escalafón", en declaraciones prestadas a Radio Estación Sur y reproducidas por el Informativo FARCO.

Además de la crisis salarial, los trabajadores del Conicet señalan el estancamiento de la planta del organismo como otro aspecto preocupante. "No está habiendo entradas a plantas, ni de carrera del investigador científico ni de carrera del personal de apoyo y las becas doctorales y postdoctorales se redujeron a la mitad de lo que eran años anteriores", detalló Carriquiriborde.

Por último, el responsable de relaciones laborales en ATE-CONICET también hizo hincapié en la paralización de varios subsidios estatales cruciales para el funcionamiento del instituto de investigación. "Entonces, estamos de planta congelada, salarios atrasadísimos y sin plata para poder investigar", resaltó acentuando el duro momento que atraviesan los científicos nacionales.

El alarmante informe sobre la falta de inversión en la ciencia

Según los últimos informes, la inversión en la "función ciencia y tecnología" apenas alcanzó el 0,3% del Producto Bruto Interno (PBI) nacional en 2023, muy por debajo del 1% recomendado por la UNESCO.

Lo preocupante es que esta situación podría empeorar aún más. Expertos señalan que podría producirse una reducción del 30% en la inversión, lo que representaría la mayor caída presupuestaria anual en los últimos 50 años.

El impacto de este recorte se hace evidente en la parálisis de numerosos grupos de investigación y en el retroceso que sufrirá el sistema científico-tecnológico argentino. Además, la ejecución del presupuesto destinado a ciencia y tecnología fue alarmantemente baja, con la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología ejecutando apenas el 1,43% de su presupuesto.

La reducción en la inversión también afectó los gastos en sueldos y remuneraciones, lo que agrava aún más la situación. Además, la falta de ajuste del presupuesto de acuerdo con el aumento inflacionario y la no ejecución de fondos disponibles agravan la crisis.

Investigadores del Conicet desarrollaron una molécula que podría ayudar a combatir el mal de Parkinson

Se trata de un nuevo compuesto que fue testeado con éxito en estudios preclínicos y se patentó en Estados Unidos y la Unión Europea. Es la primera molécula capaz de abordar los dos principales problemas de la enfermedad.

Un equipo de científicos del CONICET patentaron una nueva molécula que, en los ensayos preclínicos, demostró una mejora de los síntomas característicos de la enfermedad de Parkinson y una importante actividad neuroprotectora. Se trata de un proyecto realizado en conjunto con la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y de la Universidad de Buenos Aires (UBA), con la colaboración del sector privado -empresa biotecnológica norteamericana Sky Bio LLC

La acción de la nueva molécula, consta de dos instancias: por una parte, actúa como un “agonista dopaminérgico”, es decir, con una función similar a la dopamina, que es un neurotransmisor esencial en el cerebro. Por otra parte, presenta actividad neuro protectora impidiendo la formación de especies tóxicas de la proteína alfa-sinucleina, causante principal de la patología, según explican desde el organismo.

El ambicioso proyecto fue patentado en los Estados Unidos y en la Unión Europea y el trabajo de investigación fue aceptado por una reconocida revista científica para su publicación. Los investigadores, desarrollaron la primera molécula capaz de abordar los dos principales problemas de la enfermedad de Parkinson y la bautizaron como "Pegasus" o DAD 9,

De acuerdo a la información que brindó el organismo de ciencia, esta molécula es capaz de mejorar los síntomas y evitar la progresión de los daños neuronales. El compuesto es un candidato a fármaco que consiguió superar la etapa preclínica. El próximo paso es la inscripción del desarrollo en la Food and Drug Administration (FDA) para conseguir la autorización que permita iniciar las pruebas clínicas en humanos.

“Hace 10 años venimos desarrollando estudios sobre las bases moleculares de la enfermedad de Parkinson, justamente porque entendiendo qué es lo que produce la enfermedad, qué es lo que mata a las neuronas dopaminérgicas en la patología, uno puede encontrar cómo proteger esas neuronas o cómo inhibir el daño neuronal”, explicó Rosana Chehín, investigadora del CONICET, docente de la UNT y directora del Instituto de Medicina Molecular y Celular Aplicada (IMMCA, CONICET-UNT-SIPROSA).

En diálogo con Radio 750, la líder del proyecto detalló que "hace muchos años venimos estudiando las bases moleculares del Parkinson" y detalló que "durante mucho tiempo estuvimos estudiando las tetraciclinas que son antibióticos convencionales que tienen un efecto neuroprotector que, en una colaboración que tenemos con Francia, hemos podido dilucidar como sería este efecto".

“Fuimos con un grupo de químicos de síntesis de la UBA para ver si podíamos llevar adelante un ambicioso proyecto que era la síntesis de una molécula, lo que se conoce como diseño racional de fármacos. En palabras simples, buscábamos desarrollar una molécula capaz de hacer lo que nosotros queríamos. Y así llegamos a Pegasus”, precisó Chehín.

Según contó la investigadora, de resultar positivas las pruebas en humanos, Pegasus podría convertirse en una alternativa para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Así mismo, indica que podría convertirse en una opción a la levodopa, fármaco que se usa hace más de 60 años para Parkinson y que puede generar efectos adversos.

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