El día de ayer asumió en la cartera de Economía Silvina Batakis, como reemplazo de Martín Guzmán. El cambio de ministro se dio en un marco de profunda inestabilidad política, debido principalmente a que la transición no fue “pacífica”, si no que se dio con una renuncia de Guzmán en medio del discurso de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el acto por la muerte de ex presidente Juan Domingo Perón en el partido de Ensenada.
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Claramente la dimisión de Guzmán fue un mensaje político, que muestra ciertos rencores por parte del ex ministro ante lo que veía como trabas al manejo de la política macroeconómica por parte de los otros sectores del frente de todos.
La renuncia del Ministro de Economía no fue bien recibida por los mercados. El lunes los bonos soberanos cayeron hasta 13%, así como también sufrió pérdidas la bolsa. Esto se vio amortiguado por el feriado en EEUU por su independencia, lo que mitigó las operaciones.
En el día de hoy, ya activas las operaciones de la bolsa de Nueva York, cayeron todas las ADRs argentinas que cotizan en aquella bolsa. Por ADR nos referimos a un título que respalda el depósito en un banco de EEUU de acciones de compañías argentinas. Este permite transacciones de acciones de estas empresas no estadounidenses dentro de ese mercado.
Los ADR que están sufriendo mayores caídas son los de algunos bancos de los más importantes del país (Banco francés, el banco Macro y Galicia). Sin embargo, a esta lista se agrega otras empresas de distintos rubros como Pampa Energía, Cresud, Tenaris, Edenor e YPF.
Por otro lado, los bonos están en baja de forma similar al desplome de ayer en el país. Esto es una especie de “arbitraje” por lo que en realidad no hay una caída mayor.
De todas formas, habrá que esperar como se mueve el mercado con el pasar de los días. En el día de ayer, la ministra dio declaraciones en C5N que no se alejan de las nociones de Guzmán. Batakis declaró que buscará aumentar las exportaciones y reservas, así como alcanzar la meta de equilibrio fiscal. Asimismo, cuenta con la ventaja del control total sobre el ministerio de economía (incluyendo la polémica secretaría de energía) y el apoyo del ministro de desarrollo productivo Daniel Scioli y el presidente del banco central Miguel Pesce.
