Consolidada en su rol como conductora en los medios de comunicación, Lizy Tagliani está cerca de cumplir otro gran sueño: convertirse en madre y agrandar la familia que formó con Sebastián Nebot, con quien se casó en marzo del año pasado.
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La humorista, que en varias oportunidades se mostró muy emocionada ante la posibilidad de adoptar, ahora contó que ese objetivo está a punto de concretando.
En diálogo con Telefe Noticias, Lizy compartió toda su alegría por ser mamá y contó cómo está avanzando el proceso judicial de adopción. "Estoy muy contenta. Estamos desde hace un tiempo con Sebas con los trámites de la adopción y finalmente llegó el momento de la vinculación con una personita, así que si Dios quiere tenemos grandes posibilidades de ser su familia. Estamos muy emocionados y muy movilizados”, afirmó, sensibilizada.
“No se puede hablar de la personita puntualmente, ni dar datos, ni su nombre, ni mucho menos su imagen por una cuestión de cuidar su identidad. Es un proceso largo”, aclaró la actriz. “Hay una cosa muy hermosa que me dijo la jueza que es que ellos no buscan hijos para padres, sino que buscan una familia para niños. Estamos con una gran alegría, chochos porque fue todo como mágico”, señaló, con los ojos vidriosos.
“Una amiga mía me trajo hace un tiempo una medallita de la Medalla Milagrosa, me la dio y pasó algo rarísimo. Me la trajo de Luján, y si vos vas ahí traés la de la Virgen de Luján. Mi mamá era muy devota de la Medalla Milagrosa. Eso fue un miércoles y el jueves Sebastián me cuenta que nos llamaron del juzgado”, empezó relatando.
El azar la volvió a unir al lugar en donde se crió y paso gran parte de su vida: Adrogué. “Fue muy sanador y muy hermoso. Tuvimos varias entrevistas, después vino la feria judicial y después nos dieron la autorización para que podamos conocernos. Nos conocimos y fue hermoso”, expresó, sobre el profundo momento que vivieron. “Todo pasó en poco más de un año. Todavía no hay nada firme, todavía nos quedan las audiencias judiciales y estamos con la vinculación”, señaló, con cautela.
El encuentro con el niño, según aseguró Lizy, la llevó a su infancia. “Yo vi a Luisito en esa situación”, comenzó diciendo, sobre el nombre biológico que recibió ella misma al nacer. “Gracias a Dios mi mamá siempre pudo estar conmigo, pero pasamos tantas cosas que perfectamente podrían ser así. Adoptar es tener la posibilidad de cambiarle la vida a alguien. Ojalá sea todo para mejor”, contó, esperanzada.
También se mostró cauta sobre el proceso que viven. “Con Sebastián tenemos la gran ilusión de que todo esté bien. Por algo estamos avanzando de una manera tan grande”, expresó.
“Es muy lindo jugar, tirarme en el piso y no cansarme. Que no me duelan los huesos, armar cositas. Llevarle su chocolate, esperar ese momento. Le llevamos un regalito que es para que nos tenga presente y un montón de cosas más que no puedo contar”, enumeró, conmovida. “Es hermoso. Parió nuestro corazón. Es mágico. Ver a una personita con tanto amor y tener esta posibilidad es maravilloso” , concluyó, a flor de piel.