La mujer del ex futbolista Fernando Cáceres, Raquel Candia, falleció este lunes por la noche, luego de caer de su casa ubicada en un séptimo piso. Los investigadores de la Justicia de La Matanza, están intentando determinar cómo fueron las causas y circunstancias en las que la mujer se cayó hacia una de las propiedades linderas a su casa, en la localidad bonaerense de Ramos Mejía.
Candia, de 45 años, cayó en el patio de una casa vecina ubicada en la mencionada localidad del partido de La Matanza. La mujer vivía allí desde hace 11 meses. Al momento de la tragedia solo estaban en el lugar la víctima y su esposo, por lo que se intenta determinar qué fue lo que sucedió en el interior de la vivienda antes del desenlace fatal. Las hipótesis sobre las que trabajan las autoridades son 3: femicidio, suicidio o accidente.
Cáceres iba a ser revisado por los médicos forenses para determinar si tenía o no algún signo de violencia sobre su cuerpo. Se trataría de una primera medida de investigación para comenzar a descartar alguna de las hipótesis.
En primer lugar afirmaron que el ex jugador no se encontraba en su silla de ruedas, sino sentado en su cama.
La investigación de la muerte de la pareja del exmarcardor central del seleccionado nacional, Boca Juniors, River Plate y Argentinos Juniors, entre otros equipos, quedó a cargo del fiscal Carlos Arribas, que conduce una Unidad Funcional de Instrucción (UFI) especializada en homicidios de La Matanza.
Por el momento la causa se investiga como "averiguación de causales de muerte". El fiscal Arribas estuvo en la escena de la muerte y en el departamento de Cáceres.
En diálogo con la prensa, la prima de la mujer fallecida, expresó: “Nosotros no creemos que ella se haya tirado, como se dice en las noticias. Ella es la pareja de Cáceres, pero también sé que tiene conflictos con la hija y no sé si con la ex pareja. Pero yo no creo que ella se haya tirado. La relación empezó hace mucho con esta persona”.
El ex futbolista se retiró en el año 2006, y tres años después sufrió un asalto que le cambiaría la vida para siempre. Los asaltantes le dieron un disparo en la cabeza. Y si bien pudo salvar su vida de milagro, perdió la movilidad en las piernas y otras funciones psicomotrices.
