Un hecho insólito ocurrió en las playas de Pinamar cuando inspectores del intendente macrista Martín Yeza quisieron quitarle la mercadería a un vendedor ambulante que aparentemente no cumplía con ciertos permisos para comercializar, según se excusaron desde el municipio.
Entre inspectores y policías intentaron sacarle la canasta de churros al joven pero la indignación de la gente logró detenerlos: al grito de "dejen laburar" una decena de personas que se encontraban disfrutando del sol se metieron en la discusión y "tironearon" de la canasta para impedir que sea confiscada.
El video se viralizó rápidamente en las redes sociales y también generó el malestar de los usuarios que le exigieron una explicación coherente al intendente de Juntos por el Cambio. A través de un breve hilo de Twitter, Yeza respondió de forma dudosa a los incidentes:
Primero el jefe comunal aseguró que existe "un sistema que busca el equilibro entre la oferta y que a la misma vez la playa no sea un griterío". Como segunda explicación acudió a los "cuidados bromatológicos" y el origen de los alimentos comercializados.
Lo que parece más llamativo de la explicación es que el intendente macrista, para finalizar, culpó a las personas que defendieron al vendedor ambulante y felicitó a los inspectores por su trabajo.