Durante la madrugada del domingo, efectivos de la Policía de la Ciudad y la Agencia Gubernamental de Control, clausuraron un bar en Palermo, en el cual se estaba llevando a cabo una fiesta clandestina con más de 100 personas y sin respetar las medidas de seguridad protocolares establecidas por el Gobierno de la Ciudad para la reapertura.
El encargado del local fue detenido por la infracción a los artículos relacionados a violación del aislamiento y desobediencia a la autoridad, cuando llegó la policía de la comisaria 14B a Fitz Roy al 1600, tras reiteradas denuncias de vecinos por "ruidos molestos", donde se encuentra ubicado el establecimiento.
Los agentes confirmaron que quienes estaban allí, estaban violando no solo el horario de apertura permitido, ya que era de madrugada, sino también la capacidad límite que establece el protocolo.
Dentro del bar había alrededor de 100 personas escondidas en distintos sectores, tales como baños, terraza, patio y una habitación en el primer piso. "Al principio, los presentes se ofuscaron por la presencia policial e intentaron salir de forma brusca, sin embargo la situación fue controlada rápidamente", confimaron las autoridades del Ministerio Público Fiscal.
Según el testimonio de los vecinos, algunos de los presentes lograron huir por el techo, una escena que parece de película pero que realmente sucedió para que no resultaran detenidos por violar las medidas sanitarias.
Los presentes fueron advertidos que por infracción al artículo 205 "será reprimido con prisión de seis meses a dos años el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la introducción o propagación de una epidemia".