María Agustina Fernández fue asesinada el sábado a golpes en la ciudad de Cipoletti en Río Negro cuando estaba en la casa de un amigo. La primera hipótesis apunta a que fue en un robo que fue golpeada. Ahora, el amigo habló sobre lo sucedido esa noche.
Ese sábado, la estudiante de medicina se encontraba en la casa de un vecino y amigo, llamado Pablo Parra. Habían acordado cenar juntos y el hombre salió a hacer unas compras. En ese momento, presuntamente, los delincuentes entraron al lugar, la golpearon salvajemente y escaparon con los celulares de ambos y cerca de mil dólares.
Cuando el inquilino regresó, encontró a la joven en el piso, inconsciente y ensangrentada. Llamó a una ambulancia y la víctima fue llevada hasta el hospital Pedro Moguillansky, donde falleció anoche.
Por el femicidio no hay detenidos y la investigación se maneja con hermetismo. Mientras tanto, Parra rompió el silencio y contó su versión, tras haber sido señalado como sospechoso en redes sociales.
El hombre, que trabaja en una empresa de servicios petroleros, reveló que se conocía con Agustina desde marzo pasado y relató que la noche del sábado arregló una cena con ella. Cerca de las 19 de aquel día, se la encontró en el portón del edificio con otro vecino y le ofreció pasar a su vivienda. “Le dije que entrara, que yo iba a comprar una cosas y volvía enseguida”, recordó en diálogo con la radio LU19.
“Entonces ella fue a su departamento, bajó a los cinco minutos y se quedó sola en mi departamento. Y yo me fui enseguida”, indicó.
El trabajador petrolero dijo que fue a lo de su padre a devolver una parrilla, luego pasó por una heladería y, antes de regresar, también compró unas cervezas en una despensa a la vuelta de su casa. “Desde que me fui hasta que volví habré tardado una hora”, calculó.
Luego, Parra abrió la puerta de su vivienda y quedó “shockeado” con la escena que se topó. “Cuando ingreso a mi domicilio, noto la luz apagada del departamento y me encuentro con Agustina que estaba tirada en el piso. Estaba como temblando, convulsionando. Prendí la luz de la habitación, que estaba toda revuelta, y también noto que había un tendedero tirado en un patio interno”, describió.
“Fui al patio que tengo cercado con alambre de púas y noto que el perimetral estaba tirado del otro lado. Hay una parrilla que da a un baldío en donde hay una casa que está en construcción. Me subí y vi que había una escalera parada para el ingreso al patio”, prosiguió.
De inmediato, según señala en su relato, Parra dio aviso a la Policía y pidió ayuda a sus vecinos, pero “una estaba durmiendo y otro estaba lavando ropa en el lavarropas”.
El hombre detalló que se robaron su celular y el de Agustina. También se llevaron una copia de la llave de su departamento que le había dado a la estudiante, para que ella pudiera utilizar su lavarropas cuando lo quisiera. “Me robaron efectivo y después un bolso deportivo y algo de ropa. Se llevaron mil dólares, un rosario de plata grande y después ropa y los celulares”, repasó.
En tanto, el amigo de la víctima indicó que “al inquilino anterior le entraron dos o tres veces a robar” y que desconoce si lo “anduvieron marcando”. “Por ahí me vieron salir en mi auto o me vieron andando con la camioneta de mi empresa”, teorizó.
Parra manifestó sentirse “muy angustiado” por lo ocurrido. “Intenté hablar con los padres de Agustina. Fui al hospital con mis viejos y ellos me dijeron que no era el momento para hablar”, contó.
Por último, señaló por qué sintió la necesidad de relatar públicamente lo que atravesó: “Vi que me escracharon por las redes sociales grupos feministas y la información al principio estaba mal. Nadie sabe cómo realmente fue”.
La investigación
Desde el Ministerio Público Fiscal de Río Negro destacaron que “si bien la principal hipótesis que se investiga es la de un robo, no se descartan otros posibles móviles del ataque”. Frente a la vivienda donde ocurrió todo, a pocos metros del portón que da al patio interno del domicilio, hay una cámara de seguridad.
Sin embargo, no funciona. Tampoco hay testigos directos: el expediente cuenta con el testimonio de más de 20 personas, pero corresponden a residentes de los alrededores de la vivienda, allegados y familiares de la víctima, entre otros.
Se cree que la víctima se habría defendido porque tenía heridas en sus brazos, aunque la mayoría de los golpes que sufrió la estudiante fueron en la cabeza.
Bajo las directivas del fiscal Martín Pezzetta, de la UFT1 de Delitos contras las Personas, los investigadores se concentran en el análisis de más de 200 horas de grabaciones registradas por cámaras de seguridad, tanto públicas como privadas, ubicadas en cercanías al domicilio.
A la espera de resultados que lleven a los culpables, distintas organizaciones de Cipolletti convocaron a una manifestación hoy a las 19:30 en la Plaza San Martín. Según adelantaron, marcharán por las calles de la ciudad en reclamo de justicia y mayor seguridad en hechos de violencia. Anoche, tras confirmarse el fallecimiento, hubo una gran concentración en el hospital para acompañar a la familia y amigos de la joven.