El ex mandatario Jair Bolsonaro que estuvo al frente de Brasil hasta el 1 de enero tuvo como caracterización de su gestión la facilitación en la portación de armas en civiles. Se revelaron datos del ejército a través del medio G1, por la Ley de Acceso a la Información.
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En dicho informe se descubrió que el ex presidente otorgó aproximadamente 691 nuevos registros de armas por día a los CAC, un grupo formado por cazadores, tiradores y coleccionistas. Esto representa la habilitación de 26 nuevas armas por hora en el país vecino en los últimos cuatro años.
En tanto al número de personas que se sumaron a la CAC durante su mandato creció un 474%, según los datos proveídos por el Anuario de Seguridad Ciudadana.
El aumento de portación de armas de ciudadanos comunes y corrientes ha sido una gran crítica por parte de expertos en seguridad que sostenían que fomenta la violencia y la portación de armas en delincuentes.
La decisión de Lula
Apenas asumido el primer mandatario brasileño, tomó la lapicera y firmó una serie de decretos que van desde detener privatizaciones estatales a tomar medidas relacionadas con el cuidado ambiente. Entre ellas, se encontraba un decreto para frenar la política de armas muy promovida por Bolsonaro.
En diálogo con medios de comunicación Lula Da Silva vinculó la flexibilidad con obtener armas durante los 4 años de gestión de Bolsonaro con el golpe de estado en Brasil ocurrido el pasado 8 de enero, apenas unos días después de que el primero asumiera a la presidencia de la Nación. Allí varios grupos simpatizantes del ex presidente atacaron instituciones democráticas, poniendo en riesgo la estabilidad del páis.
"Mucho tiempo llamó a invadir la corte suprema, mucho tiempo desacreditó al Congreso Nacional, mucho tiempo llamó a que el pueblo portara armas, que esto era la democracia", afirmó Lula Da Silva en una entrevista haciendo referencia a como Bolsonaro incentivó a que estos ataques ocurrieran.