Desde la aparición del Covid-19, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se tómo el coronavirus a la ligera y evito el uso excesivo de políticas sanitarias para palear el avance de la pandemia. A poco más de un año desde que el virus llegó a Latinoamérica, el país está atravesando uno de sus peores momentos debido a un inminente colapso sanitario.
El alcalde de Río de Janeiro, la ciudad más visitada por los viajeros gracias a sus fabulosas costas, prohibió a los ciudadanos cariocas ir a la playa durante este fin de semana debido a la ocupación del 95% en hospitales y no se descarta la toma de políticas más severas.
"Las medidas se vuelven extraordinarias porque hemos llegado a alto riesgo. Sabemos que las playas no son un lugar de gran transmisión, pero necesitábamos mandar un mensaje a la población. Hago un llamado a la población: es el momento de quedarse en casa”, aseguró Eduardo Paes, alcalde de la ciudad carioca.
Cada día que pasa, Brasil bate su propio récord de muertes diarias por coronavirus y los países de la región, incluido la Argentina, evalúan medidas restrictivas para frenar la expasión de la nueva cepa detectada en la ciudad de Manaos, que es más letal y contagiosa que la original.