La Justicia de Uruguay absolvió a uno de los detenidos por el crimen de Lola Chomnalez, la joven turista argentina asesinada en diciembre de 2014 en la playa de Barra de Valizas.
“El Cachilla”, un “cuidacoches” acusado por encubrimiento, fue absuelto por falta de pruebas luego de que el juez no haya dado lugar al pedido de 10 años de prisión.
Había sido detenido al comienzo de la investigación, pero quedó libre por haber dado negativo en la comparación de su ADN con el encontrado en la escena del crimen, sobre los objetos personales de la víctima.
A pesar de esto, había sido detenido nuevamente en 2019 por considerar que “estuvo presente antes, durante y después del homidio” de Lola Chomnalez.
“No hay pruebas ni de su participación en el homicidio imputado primariamente, ni en el encubrimiento cuya condena ahora se busca”, señaló el juez encargado de decretar su libertad.
Analizan apelar la absolución del acusado por encubrimiento
La fiscal uruguaya Jésica Pereira analiza apelar la decisión de absolver por falta de pruebas al “ciudacoches” acusado de encubrir el crimen de la adolescente argentina.
La misma considera que “El Cachila” estuvo presente al momento del asesinato, según comentó en dialogo con el medio El Observador.
En los próximos tres días la fiscal deberá decidir si apela o no la absolución de uno de los principales acusados.
Declaró el principal acusado por el crimen de Lola Chomnalez y negó haberla asesinado
Leonardo David Sena, principal sospechoso de asesinar a la adolescente de 14 años Lola Chomnalez, en Barra de Valizas, Uruguay, en 2014, declaró por primera vez.
Ante la Justicia, el hombre de 39 años dijo: "No maté a esa chiquilina. Nunca la vi, ni hablé". Acto seguido, añadió: "Nunca maté a nadie, ni a una mosca".
El juez Juan Giménez Vera explicó por qué procesó a Sena como principal acusado de haber cometido el femicidio de Lola. "Dijo haberse lesionado la mano izquierda, que a sus efectos es la inhábil dada su condición de diestro, no haciendo alusión a ningún tipo de acto violento que provocara que luego de 20 minutos y de cubrir la herida con dos curitas, esta, por algún tipo de mecanismo que no describió, quedara a la intemperie y se produjera un nuevo sangrado, justo en el momento en que toma contacto con el DNI y la toalla de Lola", señaló el magistrado sobre la declaración del procesado.
De este modo, desestimó la explicación por considerarla que no es "lógica". “¿Es lógica la descripción que realiza sobre el depósito de su sangre en los objetos premencionados? No. No lo es. Y tal versión del suceso no puede más que calificarse como apartada de los límites de la verosimilitud”. A su vez, Giménez cree que el crimen ocurrió entre las 15.00 y 16.00 del 28 de diciembre a casi 5 kilómetros de la casa en la que la joven se hospedaba con su madrina.
El acusado aseguró: "Cuando bajé a la playa, caminé una cuadra y algo y noté a lo lejos que había algo. La gente iba y venía pero me senté al lado de la mochila. La abrí, cuando vi que no había nadie, vi el monedero, tomé el monedero, saqué la plata".
"¿Es posible que alguien distinto del procesado le haya quitado la mochila a Lola el día 28/12/2014 y la haya abandonado tres o cuatro días después en el lugar que aquel la encuentra para luego enterrarla a más de 4 km de distancia?. Ni el propio procesado cree en la lógica de sus palabras”, exclamó el juez.
