Luego de que la Cámara de Casación bonaerense ratifique las condenas de los ocho rugbiers que en enero de 2020 asesinaron a Fernando Báez Sosa, uno de los condenados a reclusión perpetua, rompió el pacto de silencio y aseguró que fue "persuadido" para designar a Hugo Tomei, el abogado que defendió a todo el grupo durante el juicio, para su defensa técnica, con el objetivo de "no entorpecer la defensa de otros coimputados".
Se trata de Matías Benicelli, uno de los ocho sentenciados por su participación en el crimen ocurrido en Villa Gesell. el joven de 24 años, recibió la pena de prisión perpetua, por ser considerarlo como coautor de homicidio de Fernando.
Las declaraciones del rugbier, surgen luego de designar a su nuevo abogado, Carlos Attías, quien representará su defensa tras conocerse la noticia sobre la confinación de las condenas que se les había otorgado en el Tribunal de Dolores. Benicelli denunció a su ya ex abogado por irregularidades en la defensa y por persuadirlo para beneficiar a otros coimputados.
Quien también designó a un nuevo defensor fue, Máximo Thomsen, otro de los condenados a prisión perpetua junto a Enzo Comelli y a Ciro y Luciano Pertossi. En este caso, la defensa estará representada por el letrado, Francisco Oneto.
Vale la pena recordar, que los otros tres involucrados en el crimen de Báez Sosa, Ayrton Violaz, Blas Cinali y Lucas Pertossi, también recibieron la confirmación de sus condenas a 15 años de prisión, por ser partícipes secundarios.
Asimismo, aunque aún no trascendió de quien se trata, hay un tercer condenado que habría cambiado de defensa.
Matías Benicelli acusó a Hugo Tomei de beneficiar a otros imputados
El condenado a prisión perpetua, acusó al abogado de los ocho acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa de haber elaborado una estrategia legal destinada a beneficiar a algunos de los imputados, aunque no señaló a ninguno de ellos en particular.
Según los datos que reveló Benicelli, tanto él como su familia, decidieron no abonar los honorarios a su antiguo defensor, por que que presume que podría ser este el causal que interfirió a la hora de planificar una defensa.
"Fuimos persuadidos de designarlo para mi defensa técnica a fin de no entorpecer la defensa de otros coimputados", aseguró el joven rugbier que fue condenado a cadena perpetua.
Benicelli, cuestionó a Tomei por no señalar, durante el juicio, aspectos que considera que son claves, como la presencia de manchas de sangre en la ropa de Báez Sosa. También, consideró que la estrategia fue perjudicial para aquellos que querían declarar ante el tribunal o a la prensa para no entrar en contradicciones con el resto de sus compañeros.
En el mismo sentido, criticó a su defensa por no presentar como testigo a Alejo Milanesi, quien había estado detenido por el crimen pero que fue sobreseído junto a Juan Pedro Guarino.
Según precisó, la declaración de Milanesi, podría haber ayudado a su defensa, "por ser un testigo privilegiado en el lugar, y porque mediante sus declaraciones podría persuadir a los sentenciantes que mi participación no fue determinante en el resultado de la muerte de Fernando Báez Sosa".
La Justicia confirmó las condenas a los ocho rugbiers que asesinaron Báez Sosa
El pasado 23 de marzo, La Cámara de Casación bonaerense ratificó las condenas de los ocho rugbiers que, tras una brutal golpiza en manada, asesinaron a Fernando Báez Sosa el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell.
Si bien la familia de Fernando esperaba que las perpetuas se extendieran a todos los condenados, se confirmaron las penas de cadena perpetua para cinco de ellos (Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Ciro Pertossi, Enzo Comelli y Luciano Pertossi) y la condena a 15 años de prisión para los otros tres involucrados (Ayrton Violaz, Blas Cinali y Lucas Pertossi).
Según el fallo, Casación decidió descartar la calificación impuesta de alevosía pero mantener el agravante "por el concurso premeditado de dos o más personas".
Fernando Báez Sosa, fue asesinado frente al boliche Le Brique de la localidad costera de Villa Gesell, tras una discusión con sus agresores que comenzó en el interior del establecimiento y se trasladó a las calles. Desde entonces los ocho rugbiers se encuentran en prisión.