A medida que avanza la investigación sobre el atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner las pruebas son cada vez más contundentes y la Fiscalía tendría todo lo necesario para enjuiciar a los miembros de la "Banda de los Copitos”.
En ese contexto, vecinos de Sabag Montiel habrían encontrado un chip de teléfono Claro tirado en la calle tras el desalojo en la casa del detenido el pasado 17 de septiembre y el juzgado habría desistido en investigarlo, según informó el sitio Perycia.
Las personas señalaron que quisieron entregárselo a la jueza María Eugenia Capuchetti, pero que la respuesta oficial fue que “ya se recuperó la prueba necesaria” y que no hacía falta volver a indagar sobre el chip.
Tras la declaración del dueño del departamento, que le alquiló a Montiel, la Policía de Seguridad Aeroportuaria indicó retirar las pertenencias del autor del hecho, junto con algunas de Brenda Uliarte, que seguían tiradas en el monoambiente de la calle Uriburu, en San Martín.
Lo último que se supo sobre Sabag Montiel fue que se encontraron nuevos mensajes incriminatorios en el peritaje de su celular. Allí confesó que estaría dispuesto a cometer el crimen “por plata”.
En un escrito presentado en estricta reserva por los abogados, Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira, solicitaron un exhaustivo análisis de los diálogos que mantuvo con Uliarte antes de ser detenida.
Los abogados detectaron un diálogo de Sabag Montiel en un grupo de Whatsapp, en donde el día 15 de agosto pasado, afirmaba: "Yo quisiera hacerme el vendedor de copos y meterle un corchazo".
En esa misma conversación, y al referirse a su pareja y sus planes magnicidas, Montiel escribió: "Yo a ella la trato de bajar, pero a mí me importa la plata, si nos compran o le dan un laburo, ya está salvada, bienvenido sea".
Esta línea de investigación de las motivaciones económicas de la "Banda de los Copitos", y sobre todo del propio Sabag Montiel, se ve reforzada esta hipótesis por otro mensaje encontrado en el celular de Gabriel Carrizo, quien es sindicado como el líder de la banda y que se halla detenido bajo prisión preventiva.
En ese mensaje, Carrizo recibe un texto de un número de celular, agendado como "Joa", que dice así: "Se que lo hizo por plata, por acomodo, así que el chabón en cuatro años ponele que sale y sale re acomodado mal eh… a ver, como les vuelvo a repetir, uno por plata se vende ¿si? Pero si, si los nombro a ustedes, eso si así que fíjense bien… y no solo a ustedes cinco porque nombro a más personas, fíjense bien".
El mensaje además resulta llamativo por su tono de amenaza, en donde plantea la posibilidad de nombrar a otros supuestos implicados en el hecho que investiga la jueza María Eugenia Capuchetti.