De acuerdo al ranking mundial de economías, Alemania desplazó del tercer lugar a Japón y se subió al podio de las mayores economías del planeta en el 2023. Esto se debe a que el país europeo cerró el último año con un producto interior bruto de u$s4.5 billones, por encima de los 4,2 billones con los que terminó el archipiélago asiático.
A pesar que el producto interior bruto de Japón creció un 1,9% durante el año pasado, la fuerte devaluación del yen, sumado a largos años de bajo crecimiento y deflación, terminaron por definir la salida de la potencia asiática del selecto grupo de las primeras tres economías mundiales.
Sin embargo, según el informe que emitió la Oficina de Gabinete japonesa este jueves, el PIB nominal, que mide el valor de la producción en base a los precios cambiantes, aumentó en un 5,7% durante 2023. Al cambio en dólares estadounidenses, Japón cerró el año pasado con un PIB nominal de 4,2 billones.
De esta manara, Japón quedó por debajo de los 4,5 billones con los que cerró Alemania, según las estadísticas publicadas por sus respectivas administraciones. Vale destacar que la economía alemana no atraviesa un buen momento ya que registró una contracción del 0,3% de su PIB.
De acuerdo al informe que emitieron las autoridades japonesas, el crecimiento interanual en 2023 fue del 1,9%, dato que está relacionado a la expansión económica que tuvo el país nipón durante el primer semestre. Asimismo, los datos muestran que, entre octubre y diciembre, el PIB real nipón se redujo un 0,1%, tras una caída del 0,8 % en julio-septiembre, dos trimestres de reducción que sitúan al país en recesión técnica.
En el caso del país europeo, según los datos oficiales publicados a mediados de enero, su Producto Interior Bruto en 2023, registró una contracción del 0,3%. La capacidad exportadora alemana, se vio afectada por la débil demanda exterior así como también de la factura energética para su industria y de los altos tipos de interés impuestos por el Banco Central Europeo para frenar la inflación.
En el caso de los asiáticos, han optado por mantener su política monetaria ultraflexible y los tipos de interés negativos, haciendo que el yen retroceda más del 18% respecto al dólar en los últimos dos años.
