Cerca de la medianoche de este jueves, el ministro de Seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro, le solicitó al juez Alejandro Cerrilluello que detenga a Gabriel Isassi, José Nievas y Fabián López, implicados en el asesinato de Lucas González, el joven de 17 años que fue asesinado de un disparo en la cabeza cuando volvía de jugar al fútbol en el club Barracas Central.
Los tres policías intentaron culpar al grupo de chicos en el que se encontraba Lucas e instalaron la versión de que la balacera contra los jóvenes que ellos efectuaron se debió, en realidad, a "un enfrentamiento con delincuentes". Esa versión quedó descartada porque, frente a las evidencias recolectadas, quedó demostrado que los agentes de seguridad porteños interceptaron a los jóvenes, les dispararon y luego detuvieron a dos amigos del adolescente asesinado, menores de edad, durante 24 horas sin ninguna acusación en su contra.
Isassi vuelve a estar en el ojo de la tormenta. En 2016, pleno auge del macrismo, Cristina Kirchner sufrió un ataque en la casa de sus suegros (padres de Néstor Kirchner) en Río Gallegos. La propiedad fue violentada, a las patadas, en una clara señal de amenaza. Justamente, días antes de que eso ocurriera, se produjo un sospechoso viaje de seis oficiales de la Policía Metropolitana, entre los que figuraba el inspector implicado en la muerte de Lucas González. Al entrar a la ciudad dijeron que estaban "de paseo" y el operativo nunca estuvo informado en el Boletín Oficial.
Los agentes santacruceños no confiaron en la palabra de los policías y decidieron revisar el auto. En el encontraron una pistola Glock y ahí los oficiales de la Metropolitana cambiaron su discurso: dijeron que habían viajado para "hacer unas diligencias procesales de allanamientos".
En ese entonces, Cristina dijo: "No sé si hicieron algún allanamiento. Lo que estoy segura, es que no vinieron de paseo".