En La Matanza, a las autoridades judiciales encargadas de la investigación en la causa por el crimen de Daniel Barrientos, chofer de la línea 620, les llama la atención la manera en la que sucedió la tragedia. En principio, resulta raro la participación de tres y posiblemente hasta cuatro delincuentes y la utilización de dos autos para un pequeño robo, en medio de un barrio muy humilde.
Al colectivo subieron dos de los delincuentes, el primero fue quien disparó contra el chofer, aún sin saber que en la unidad había un policía. La primer hipótesis es que hubo un movimiento de Barrientos que el delincuente pudo entender que estaba por agarrar un arma, por lo cuál decidió disparar. La segunda posibilidad que manejan las autoridades, es que se haya escapado el disparo. Y una tercera variante recae a la posibilidad de que se trate de un crimen orquestado políticamente para generar desestabilización. Por su parte. El segundo de los delincuentes que subió al colectivo, tan solo robó una mochila y huyó de inmediato al escuchar el disparo.
Luego de la huida, se produjo un intercambio de disparos entre los ladrones y el policía de la Ciudad, que se encontraba en la unidad. Los delincuentes finalmente lograron escapar en un automóvil Siena, que apareció, minutos después, quemado a pocas cuadras. Esto último genera la sospecha de la existencia de un vehículo de apoyo.
Al momento, solo hay un detenido. Se trata de Alex Gabriel Barone, remisero de 19 años, aunque el policía y testigo del crimen, no pudo reconocerlo, fue reconocido por el otro pasajero de la unidad. Se espera que declare durante la mañana de hoy. El resto de los sospechosos continúan prófugos.
La madre de Barone, aseguró la inocencia de su hijo y declaró que puede probar que se encontraba en otro lugar al momento del crimen de Barrientos.
Lo que es difícil de explicar es el tiro. La mujer, que viajaba con su hija, declaró que el chofer realizó un movimiento como intentando defenderse del robo. Aunque los resultados de la autopsia, aún no se conocen, se sabe que el tiro, que entró por el frente del pecho y salió por el costado izquierdo, da indicios que hubo un movimiento por parte del chofer, interpretado por el ladrón como un intento de defensa.
Otro de los testigos, que estaba en la parte de atrás del colectivo, con el policía, dijo es posible que se le haya escapado el tiro.
El policía de la Ciudad, por su parte declaró que la decisión de no abrir fuego antes, fue por la presencia de la menor de edad, que de originarse un tiroteo, esta hubiera quedado en medio de la línea de fuego.
Estos hechos, poco claros aún, son los motivos que hacen hacen pensar que hay una movida política detrás de lo ocurrido.
Lo mismo se cree en torno a la reacción ante la llegada de Sergio Berni a la manifestación de los colectiveros. Se mezcla una feroz interna gremial en que la zona oeste, no la línea 620, que es manejada por la agrupación Juan Manuel Palacios, oposición a la conducción del sindicato. Y aparecieron en escena dirigentes de la línea 60, con posiciones más de izquierda, también ferozmente enfrentados a Roberto Fernández, secretario general de la UTA.
