El que gana conduce y el que pierde, acompaña. La frase, que muchos atribuyen al fundador del justicialismo, Juan Domingo Perón, pero que fue usada como latiguillo hasta por el propio Raúl Alfonsín, se verificó una vez más en Tucumán al quedar sellada la grieta que contraponía de un lado al gobernador Juan Manzur y del otro a su vice, Osvaldo Jaldo.
Manzur, se impuso al conflicto con Jaldo en la interna peronista, y garantizó, para Cristina Kirchner, que los tres candidatos que disputan el cargo a senadores que se pone en juego la provincia el 14 de noviembre, sean peronistas.
No es poca cosa si se tiene en cuenta la pelea estrecha que pronostican todas las encuestas para la integración de la próxima Cámara alta y el número mágico del quórum propio.
De repetirse los resultados de las PASO, el Frente de Todos tucumano obtendría un resultado superior al 50% de los votos, sumando aritméticamente los votos de Pablo Yedlin (candidato a senador por Lealtad Peronista, que responde a Manzur) y los obtenidos por los candidatos de Jaldo desde Todos por Tucumán.
Mientras que Juntos por el Cambio se alzaría con el 35 por ciento de los votos, sumando las tres listas que compitieron, donde la que encabezaba el intendente peronista y neomacrista Germán Alfaro -apoyada por la exministra Patricia Bullrich-, obtuvo el 14,5 por ciento de los sufragios.
Votos más, votos menos, la lista de Manzur para diputados, que encabezó la médica Rossana Chahla, también rozó el 50 por ciento de los votos y se espera que crezca en consideración.
Con estos resultados, la boleta del FdT en Tucumán quedó integrada por los candidatos a senadores Pablo Yedlin, Sandra Mendoza y Sara Assan, en reemplazo del senador José Alperovich, quien lleva dos años de licencia extraordinaria debido al escándalo que lo involucró como responsable del abuso sexual denunciado por su sobrina.
Juan Perón decía: “Peronistas somos todos”, axioma que una vez más acaba de probar el tucumano Manzur con excelentes resultados.