El Supremo Tribunal Federal de Brasil reconoció que condenar a prisión al presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue un "error histórico".
La máxima corte aceptó una petición de la defensa y anuló las pruebas obtenidas por el exjuez Sérgio Moro en el marco de la causa Lava Jato, al considerar que lo hizo de forma ilegal.
El fallo firmado por el juez Antonio Dias Toffoli anuló las confesiones que se consiguieron a partir del acuerdo de colaboración con la empresa Odebrecht ya que forman parte de artilugios ilegales de "tortura psicológica".
En ese sentido, indicó que las supuestas confesiones tuvieron como objetivo, entre otros, obtener pruebas falsas contra inocentes. A su vez, calificó como "algo armado" la condena a prisión que proscribió a Lula de las elecciones de 2018.
Los acuerdos firmados en 2017 deberán volver ahora a jueces de la primera instancia para revisarse, ya que el juez Toffoli consideró que no hubo un procedimiento adecuado y comparó lo ocurrido con las torturas que la dictadura militar ejerció contra los presos políticos.
El juez afirmó que los agentes públicos "se valieron de verdadera tortura psicológica para obtener pruebas contra inocentes" y que actuaron con parcialidad y fuera de su esfera de competencia.
La corte había anulado en 2021 las sentencias contra Lula al considerar que Moro y los fiscales persiguieron políticamente al líder del Partido de los Trabajadores (PT) para retirarlo de la vida política y permitir la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro en los comicios.
"Fue un montaje resultante de un proyecto de poder de ciertos agentes públicos en su objetivo de conquistar el Estado por medios aparentemente legales, pero con métodos y acciones contrarias a la ley", concluyó el juez.
La condena a Lula
Lula fue arrestado el 7 de abril de 2018 y acusado de corrupción pasiva por decisión del entonces juez Sergio Moro, que luego formó parte del gobierno del expresidente Jair Bolsonaro, ocupando el cargo de ministro de Justicia. En esa elección, Lula no pudo participar por su arresto.
Lula fue liberado posteriormente el 8 de noviembre de 2019, después de que la Corte Suprema anulara la sentencia de apelación. Dos años después, en 2021, el mismo tribunal anuló todas las condenas de Lula, por incompetencia territorial del tribunal de Curitiba, donde se habían dictado las sentencias.
Debido a esa decisión, el ahora presidente de Brasil pudo presentarse a las elecciones de 2022, que culminaron con su elección para un tercer mandato al frente de Brasil.
