El presidente Javier Milei, volvió a insistir con la dolarización de la economía argentina y aseguró que "las claves del programa no se negocian", en cuanto a las recientes modificaciones que sufrió la llamada "Ley Ómnibus".
El mandatario brindó una entrevista para el Wall Street Journal, en donde habló de la coyuntura que atraviesa el país, a poco más de 40 días de haber asumido la presidencia de la Nación. "No hay lugar para los sentimientos, para las emociones. No puedo permitirme ese lujo. Hay 47 millones de personas esperando respuestas", indicó.
Sobre la inflación el funcionario manifestó que "está cerca de alcanzar su punto máximo", y que "en dos años habremos acabado con ella". Durante la misma entrevista minimizó las modificaciones que tuvo que hacer el oficialismo sobre dos de los puntales de los inicios de su gestión: el Decreto 70/2023 y la Ley Ómnibus, sobre lasque planteó que "representa sólo una cuarta parte de las reformas que estamos proponiendo, y una vez que estas leyes hayan sido aprobadas, estaremos dispuestos a impulsar más".
Por otro lado, indicó que se sigue viendo a sí mismo como un "outsider" de la política, y aseguró que tendrá éxito donde sus predecesores fracasaron porque es un economista "libertario hiperortodoxo". "La forma en que interpreto mi mandato es como un trabajo. Me encomendaron la tarea de poner la economía en orden", señaló.
"Nosotros en el último mes compramos u$s5.000 millones y la base monetaria es de cerca de casi u$s8.000 millones, con lo cual si nosotros termináramos de limpiar todos los pasivos remunerados del Banco Central, estaríamos en condiciones de dolarizar por muy poco dinero", argumentó el libertario.
Y al preguntársele si seguía pensando en adoptar el dólar como moneda, aclaró: "Siempre hemos hablado de una libre competencia de monedas de lo que elijan los argentinos. Es probable que en un momento inicial elijan el dólar".
En tanto, sobre si tenía "un plan B", fue taxativo: "No hay plan b, no hay plan B para hacer las cosas bien. Hacés las cosas bien o las hacés bien. Porque si el plan B es hacer las cosas más o menos o negociar... esa es la historia de Argentina, así estamos".
Es esa línea, se comparó con Carlos Pellegrini, presidente entre 1890 y 1892, quien tomó las riendas del país en medio de una brutal crisis y debió tomar fuertes medidas para sanear las cuentas. "Fue insultado por todo el pueblo, pero hoy la historia argentina lo recuerda como un piloto de las tormentas", evocó.o
