Esta mañana, el diario La Nación, publicó un repudiable editorial en donde se planteaba que el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que se llevó a cabo el 1 de septiembre, había sido un montaje o un acto armado.
El tradicional matutino publicó una columna titulada: "¿Atentado?: demasiados interrogantes y sospechas", y en la bajada sostiene "Las irregularidades en las primeras pericias tras el episodio del 1° de septiembre nos recuerdan a las que siguieron al asesinato del fiscal Nisman".
En el propio texto asegura "No hay dudas de la negligente labor o eventual complicidad de la custodia vicepresidencial, desde el momento que permitió que un grupo extraño se superpusiera con ella y que un sujeto pudiera acercarse a centímetros de la funcionaria y gatillar un arma, y que, tras ello, ninguno de los agentes de seguridad hiciera absolutamente nada para cubrir a quien fue el blanco del ataque, violando todos los habituales protocolos para estos casos".
La respuesta del Partido Justicialista
Ante este artículo, el Partido Justicialista decidió emitir un comunicado de repudio que reza: "Los dueños de la empresa de medios sostienen que el intento de asesinato contra la compañera vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, fue “organizado por un grupo delictivo escasamente profesional al servicio de sectores interesados en generar un particular clima o determinadas consecuencias políticas favorables a una líder política a quien la Justicia ha puesto contra las cuerdas. Nos inclinamos por esta última hipótesis”.
"La acusación contra una víctima no es una novedad para este diario. No en vano fue uno de los encargados de ocultar operaciones de represión ilegal a través de supuestos “enfrentamientos” durante la última dictadura cívico-militar", remarcaron desde el tradicional partido.
En este sentido apuntó el comunicado, "pero que la postura de un medio de comunicación no sea novedosa no significa que no sea grave para nuestra democracia".
"Las opiniones políticas son todas válidas y legítimas: falsear los hechos para sacar una ventaja política y contribuir a un clima de enfrentamiento, en cambio, debe ser repudiado por todos los que compartimos los valores democráticos", añade.
"No vamos a construir una sociedad mejor si no somos capaces de poner un freno a la violencia. Dudar de un hecho reconocido por el Congreso de la Nación, por la comunidad internacional, por dirigentes de todos los espacios políticos solo tiene como objetivo comenzar a construir su legitimación", subraya el texto.
"Argentina decidió en 1983 dejar atrás la violencia política y apostar por las elecciones democráticas y el diálogo político como forma de resolver las diferencias. El diálogo democrático no puede depender siempre de la voluntad de una sola parte".
"Necesita del compromiso de todos los sectores que comparten la creencia de que no vale todo en política. Invitamos a todos los dirigentes de todos los espacios políticos a aislar este tipo de manifestaciones violentas y construir la Argentina del futuro sobre la base del diálogo y el respeto por la postura del otro", concluye el texto.