En el día de ayer la dirigente Florencia Arietto cruzó a la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, por su pedido de combatir la inseguridad en la ciudad de Rosario con la intervención del Ejército y la trató de “demagoga” y “populista”. Además, la responsabilizó por las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel por uso indebido de las fuerzas de seguridad.
Esto no cayó bien dentro del PRO y sobretodo en el diputado Fernando Iglesias, fiel soldado de Bullrich en cada toma de posición, y este le mandó un violento mensaje que Arietto hizo público en sus redes sociales.
"Esto me escribió @FerIglesias a mi WhatsApp personal. No voy a hacer un tema de esto, porque no me interesa. Simplemente agrego una barbaridad más de las que dijo sobre mí", escribió en su cuenta de Twitter.
Sus dichos hacen referencia a los tweets que Iglesias publicó en defensa de su jefa automáticamente después de los reproches hacia Bullrich, en los que la trató de ser un “panqueque feroz” en relación a su pasado abiertamente kirchnerista.
Sin embargo, esto no quita la violencia con la cual Iglesias se expresó hacia Arietto: “Son una hija de puta. Tenía dudas, pero ya no. Block.”, le escribió en relación al feroz intercambio que tuvieron en redes.
Algunos minutos más tarde, la dirigente volvió a subir una imagen del chat, esta vez sin tapar las fechas en las que intercambiaron mensajes con el objetivo de exponerlo aún más: "Lo subo nuevamente con las fechas sin tachar para demostrar que no hubo diálogo anterior respecto a este tema. Solo su descalificación".
Como era de esperarse, la respuesta de Fernando Iglesias no tardó en llegar y se mostró molesto por haber publicado lo que para él "es privado". Lejos estuvo de asumir su conducta a pesar de ocupar un cargo público.
"Como experta en seguridad que decís ser deberías poder hacer alguna distinción entre lo que es público y lo que es privado. No hacés mas que confirmar mi opinión y ponerte del lado de la grieta que te corresponde: el de los que usan chats privados como instrumentos de difamación", le retrucó.
En su contestación trató de posicionarla cerca del kirchnerismo al decir que está del lado de la grieta "que usa los chats privados como instrumentos de difamación" en relación a la divulgación de las conversaciones entre el ministro porteño en uso de licencia, Marcelo D'Alessandro, y distintos jueces, fiscales y empresarios de CABA.
