El movimiento provida convocó ayer a una manifestación frente al Congreso para oponerse al proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que envió el presidente, Alberto Fernández. Allí se evidenció la fuerte injerencia dentro de estos grupos de las más altas esferas jerárquicas de la Iglesia Católica, los evangélicos y el trabajo en conjunto que realizan con distintas Organizaciones No Gubernamentales.
Con la consigna de defender "el derecho humano a la vida", la ola celeste convocó a las calles y se pudo ver dentro de los asistentes a Obispos de distintas diócesis como Jaime de Nevares, Miguel Hesayne o Jorge Novak, obispos de Neuquén, Viedma y Quilmes, que fueron "a título personal".
Esta convocatoria fue la primera que organizaron en conjunto las iglesias católicas y evangélicas, que dejaron de lado sus diferencias en la organización religiosa territorial, para comandar la "marcha por la vida". Las ONG que trabajan con ellos, agrupadas principalmente en Unidad Provida, acompañaron la convocatoria tanto de forma presencial como instalando #LaMayoríaCeleste como una de las tendencias de Twitter.
Por parte de la Iglesia Católica convocaron de forma intensa el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina Mario Poli, el obispo auxiliar Enrique Eguía Seguí, el vicario episcopal de las villas de la ciudad Gustavo Carrara y la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia, a cargo del obispo Pedro Laxague.
Por su parte, los evangélicos estuvieron representados por ACIERA (Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas) que agrupa a la mayoría de las instituciones, y se hizo presente el vicepresidente de la Alianza, el pastor Osvaldo Carnival.
Según los participantes y organizadores, miles de personas se reunieron en 500 puntos del país para "defender el derecho principal a la vida".