Desde este lunes, las emblemáticas unidades turísticas de Chapadmalal y Embalse, reconocidas como símbolos del turismo social en Argentina, cerraron sus puertas al público. A pesar de las preocupaciones planteadas, el gobierno asegura que este cierre no será permanente, enfatizando en que se trata de un "plan de readecuación".
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Este cierre afecta directamente el derecho al descanso y las vacaciones de los sectores más desfavorecidos de la población y a partir del 4 de marzo, los complejos turísticos de Chapadmalal, ubicado estratégicamente entre Mar del Plata y Miramar sobre la Ruta Provincial 11, y el de Embalse, situado en las sierras de Embalse en el Valle de Calamuchita, Córdoba, permanecerán inactivos.
Según un comunicado emitido por la Central de Trabajadores y Trabajadoras de Argentina (CTA), este cierre pone en riesgo los empleos de más de 500 trabajadores directos y miles de empleos indirectos en las comunidades de Chapadmalal y Embalse, así como en el sector del transporte. La ausencia de medidas de este tipo contrasta con la presencia de funcionarios como el secretario de Turismo, Daniel Scioli, y la subsecretaria Yanina Martínez, quienes se encuentran de viaje en Berlín.
La construcción de la Unidad Turística de Chapadmalal y la de Embalse fue llevada a cabo por la Fundación Eva Perón como parte de la política de justicia social promovida por el presidente Juan Domingo Perón. Estas obras monumentales estaban destinadas a brindar oportunidades de vacaciones a los trabajadores y a aquellos que no tenían acceso a los principales centros turísticos.
En 2023, un total de 118 mil personas se hospedaron durante todo el año en estas unidades, pagando sus estadías y transportes, ya sea en grupos organizados por diversas instituciones del país o de manera individual.
Los paquetes de siete días y seis noches con pensión completa en Chapadmalal, que incluían transporte desde Santa Fe, tenían un costo de 129.900 pesos por persona, mientras que en Embalse, la tarifa plana no superaba los 65 mil pesos por cabeza. Ante esta situación, un grupo de cerca de 30 legisladores nacionales, liderados por el diputado Eduardo Valdés, ha presentado un proyecto para impedir el cierre inminente de las unidades turísticas de Chapadmalal y Embalse en las provincias de Buenos Aires y Córdoba, respectivamente.
Eduardo Valdés presentó un proyecto en Diputados para detener el cierre de los complejos turísticos Chapadmalal y Embalse
El diputado se opuso a la decisión de cerrar los complejos y le pidió al secretario de Turismo, Ambiente y Deporte, Daniel Scioli, que "revea" esa medida.
Con el fin de proteger el turismo social y por iniciativa del diputado Eduardo Valdés, una treintena de legisladores nacionales presentaron un proyecto en la Cámara de Diputados de la Nación para impedir el inminente cierre de las unidades turísticas de Chapadmalal y Embalse en las provincias de Buenos Aires y Córdoba.
"Le pedimos al secretario de turismo Daniel Scioli que revea esta medida. El conoce muy bien la historia y la relevancia que tienen ambos complejos para el Turismo Social y el acceso al derecho al esparcimiento de parte de los sectores populares de nuestro país", expresó el funcionario, quien
El diputado sostuvo que se debe cancelar el pedido de cierre en Chapadmalal y en Embalse porque allí "muchos argentinos vieron por primera vez el mar o las sierras", dejando un recuerdo "inolvidable" en la memoria emotiva de la sociedad. "Debemos impedir su cierre", advirtió Valdés.
Tanto Chapadmalal como Embalse son emblemas del turismo social argentino. Desde sus inauguraciones en 1950 y 1951, incontables familias, trabajadores y estudiantes de todo el país pudieron disfrutar de vacaciones en el mar o en las sierras, cuando antes eso era un privilegio de los sectores más pudientes de la sociedad.
Luego de que se diera a conocer el inminente cierre de las Unidades Turísticas de Chapadmalal, en la provincia de Buenos Aires, y de Embalse, en la provincia de Córdoba, Valdés consideró que los más afectados van a ser "los sectores más humildes y quienes que se encuentran en situación de vulnerabilidad social".
"De llevarse adelante el cierre definitivo de estos complejos o si se desvirtúan los objetivos para los que fueron creados, los afectados serán los sectores más humildes y quienes que se encuentran en situación de vulnerabilidad social, impidiendo el goce de derechos que hacen a una calidad de vida digna y justa", comentó.
En cuanto a los fundamentos para impedir el cierre, Valdés sostuvo que es el turismo social el que "ayuda a que cualquier persona, independientemente de sus condiciones socioeconómicas, o impedimentos físicos o de cualquier otra índole, pueda acceder al derecho a gozar de vacaciones, del bienestar y de la recreación, del mismo modo que aquellas personas que no necesitan la asistencia estatal para gozar de esos derechos".