El 24 de marzo de 1976 comenzó el llamado, por la Junta Militar, el llamado "Proceso de Reorganización Nacional", luego de que las Fuerzas Armadas tomaran el poder y le hicieran un golpe de Estado a María Estela Martínez de Perón, conocida como "Isabelita".
A partir de ese día y hasta el 10 de diciembre de 1983, las FF.AA con el aval de poderosos sectores de la sociedad civil, se encargaron de instaurar el miedo y el terror mediante un plan sistemático de exterminio y desaparición de personas, usualmente en centros clandestinos que se montaban para la ocasión, donde mantenían cautivos a las personas que detenían.
Jorge Rafael Videla se autoproclamó presidente, con el apoyo de los comandantes generales de la Armada y Fuerza Aérea, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti.
Los gobiernos provinciales también fueron repartidos entre militares, al igual que los medios de comunicación y canales de televisión, que fueron adjudicados bajo el mismo criterio.
La Junta Militar se encargó de violar todos los derechos, saquearon al país endeudándolo como nunca nadie lo había hecho antes, con la complicidad del Fondo Monetario Internacional y además se empeñaron en desindustrializar la estructura productiva, profundizando así la pobreza y el hambre. La resistencia era exterminada bajo la creación de, al menos, 700 centros clandestinos de detención, tortura y desaparición.
Los organismos de derechos humanos, con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo a la cabeza, y el apoyo del movimiento obrero, se encargaron de ser la voz que denunciaba la dictadura militar.
Luego de la debacle económica del 80 y el manotazo de ahogado de Leopoldo Fortunato Galtieri por querer perpetuarse en el poder y enviar a jóvenes inexpertos a la Guerra de Malvinas, donde además los soldados argentinos pasaron frio y hambre, el fin de la dictadura era inminente. Por este motivo, los militares estatizaron sus gigantescas deudas privadas.
La dictadura cívico militar dejó un saldo de 30.000 desaparecidos, 500 bebés apropiados y miles de exiliados, en los siete años de duración de la misma.
A partir de la llegada de la democracia, cada 24 de marzo se conmemora, valga la redundancia, el Día de la Memoria, donde organizaciones sociales y de derechos humanos realizan movilizaciones en la calle.
Este año, al igual que en 2020, no se verá una Plaza de Mayo colmada como suele ser habitual, ya que debido a la pandemia de coronavirus, se hará "memoria con actos y acciones colectivas con los cuidados necesarios", según informó la agrupación H.I.J.O.S.
Los mensajes de políticos y funcionarios en las redes