No da pie con bola el legislador del Frente de Todos y hoy secretario adjunto del gremio de los estatales porteños Alejandro Amor. En la misma semana fue protagonista de hechos que despertó la bronca de distintos sectores y resultaron hasta contradictorios en sí.
Por un lado, con la excusa de habilitar mayores gastos en el salario del personal del gobierno porteño, de acuerdo a las paritarias que se establecieron, quiso votarle una millonaria ampliación presupuestaria de $ 178 millones al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta.
Uno de los legisladores del FdT, le contó a GO Noticias que hubo una discusión fuerte antes de bajar al recinto, donde le remarcaron a Amor que si bien estaban de acuerdo con los logros paritarios, "había otra parte del presupuesto de dinero importante, que no estaba clara para qué sería utilizada".
Pero sobre todo, le remarcaron que la alianza que tenían en el FdT estaba sostenida con mucho esfuerzo para mantener la unidad, por parte de todo el bloque aún con grandes diferencias. "Que uno de nosotros votara con el oficialismo no podía establecer un precedente", le dijeron.
Las discusiones siguieron cuando ya había legisladores en el recinto. Por lo que algunos del FdT bajaron a sus bancas, en tanto Claudio Ferreño (presidente del bloque) y Javier Andrade siguieron insistiendo con Amor. Cuando finalmente comenzaba la sesión, "Amor se fue, no participó y después vimos que salió del grupo de WhatsApp", contó uno de los legisladores. ¿Cómo terminó? La ampliación fue aprobada, y Amor, que finalmente no votó, quedó en la mira de sus compañeros de bloque.
Paralelamente –y aquí la contradicción- esa semana, Amor había participado una reunión con los trabajadores de la obra social de los estatales porteños ObSBA junto al titular de esa prestadora médica Juan Carlos Cela.
El encuentro fue para atender numerosos reclamos de los empleados. Entre ellos, una urgente recomposición salarial (la mayoría tiene sueldos por debajo de la línea de la pobreza); que les restituyan el extra por refrigerio que recibían antes de la pandemia y el descongelamiento del monto por título: actualmente –aseguraron- reciben la mísera cifra de $1.000 por ese ítem, entre otros puntos.
La reunión arrancó muy mal y terminó no mucho mejor, según informó en exclusiva Data Gremial. Es que la obra social a traviesa una crisis muy aguda con una deuda que llegaría a los $7.000 millones. Y Cela, lejos de hacerse cargo de las maniobras de vaciamiento atribuidas a funcionarios macristas, cargó las tintas contra los trabajadores: pretendió insólitamente culparlos por la situación. Entre otras cosas, les echó en cara el cobro de “horas extras”, como si eso tuviera algo que ver con el desfalco que la prestadora médica viene sufriendo hace años.
Con bronca acumulada, la réplica a Cela fue furibunda. Una de las empleadas presentes le espetó: "Ponemos la cara ante los afiliados. Nosotros no tenemos la culpa que se hayan robado todo. No nos alcanza la plata. Estamos por debajo de la línea de pobreza”.
Falsas promesas
En ese punto, Amor intervino para intentar bajar los ánimos. Primero intentó deshacerse en excusas con los trabajadores. “Vengo a pedir disculpas por un montón de cosas que han pasado a lo largo del tiempo y hay que resolverlos. Y la verdad, como dice Juanca (por Cela), y los que estamos acá, somos los que lo tenemos que resolver".
Acto seguido, aseguró: “Vamos a sentarnos en la mesa y hablar de todo. En 24 horas no vamos a solucionar todo”, advirtió. Lo que generó un nuevo arranque de furia en los trabajadores.
Una empleada lo increpó: “Estamos cansados. Esta vez no nos vamos a ir con la cabeza para abajo. Nos echan la culpa a nosotros. Que se bajen el sueldo los del directorio”.
Fue ahí que Amor se comprometió a brindar soluciones y generar una nueva reunión el viernes pasado para tratar cada uno de los reclamos. Pero llegó el día, e incumpliendo su palabra, no apareció.
La secuencia
Al recibir el petitorio de los trabajadores, Amor aseguró: “Estoy acá y me hago cargo”. Y propuso una nueva reunión: “¿El viernes les parece mal?”, preguntó.
“Yo voy a estar acá a las 12. Vengo yo”, prometió el secretario adjunto del SUTECBA.
“Queremos que te comprometas a venir y traer soluciones”, le replicó uno de los trabajadores.
“Y que sepas que si esta obra social funciona es gracias a nosotros”, añadió otra empleada.
Llegó el viernes, las horas pasaron, y Amor jamás apareció. Los trabajadores todavía aguardan su respuesta a los reclamos que le hicieron llegar.