La movida de Trump para volver a las redes sociales muestran a las claras el peso específico de las plataformas a la hora de los procesos electorales.
Incidencia que podríamos en la participación en el debate público pero también como herramienta de organización de los simpatizantes y adherentes así como en la recaudación de fondos de campaña.
Las redes con toda su lógica de corporación económica orientada a la maximizar ganancias han tardado muchísimo tiempo evitar las mentiras organizadas, las ideas supremacistas (blancos sobre negros, ricos contra trabajadores), y delirantes ideas basadas en conspiraciones.
Ahora acorraladas por el escrutinio público han comenzado muy de a poco a frenar la ola de operaciones realizadas principalmente desde centros de pensamientos de una especie de nueva derecha que tiene tiene como parece tener como consigna "La venganza de los Poderosos"; es decir profundizar, justificar y legitimar las profundas diferencias que soporta el mundo en esta etapa del capitalismo.
No se trata de la opinión puntual de un usuario sino de verdaderas operaciones generadas por equipos financiados como la experiencia de los grupos QAnon que operaron en Facebook durante mucho tiempo y fueron uno de las bases para el intento de desconocimiento de los resultados electorales de la última presidencial en EEUU y la posterior toma del Capitolio.
Precisamente esa instancia fue la que provocó la clausura de las cuentas de Trump en Twitter y Facebook.
Elon Musk invitó a Trump a volver a Twitter en noviembre. Sin embargo el ex presidente aún no ha compartido posteos en la red de noticias.
Trump se comprometió a publicar principalmente en su red Truth Social, lo que parecería disuadirlo de plataformas como Facebook, pero el arreglo tiene mucho margen de maniobra. Si bien la empresa matriz de la red afirma en su presentación ante la SEC que Trump puede publicar en redes rivales si espera seis horas después de publicar algo en Truth Social, no existe ninguna restricción si quiere usar Twitter o Facebook para "mensajes políticos, recaudación de fondos políticos". o esfuerzos para sacar el voto”.
Hay un intento de megamillonarios de construir sus propias plataformas y generar así una zona de confort. El tema es que el alcance de esas plataformas es claramente menor a las ya instaladas.
Si bien Trump tiene más seguidores en Twitter y la plataforma fue útil para enviar mensajes dirigidos a los medios que acaparan los titulares, quienes lo siguen en Facebook son mayores y, en general, simpatizan más y apoyan su causa. Facebook siempre ha tenido un mayor potencial para las campañas de base, lo que le permite dirigirse a grupos demográficos específicos con publicaciones, memes y videos más largos y detallados.
Tiene 34 millones de seguidores en Facebook y 23 millones en Instagram.
La campaña de Trump de 2016 haya gastado el 80 % de su presupuesto digital en Facebook, y que su nuevo equipo de campaña haya escrito ahora a Meta exigiendo su reincorporación.
El regreso de Trump también ayudaría a Facebook dicen los expertos.
Por mucho que los equipos de políticas de Facebook agonicen por el delicado equilibrio entre la protección de la libertad de expresión y la salvaguardia de la democracia, como lo expresó elocuentemente uno de los exdirectores de políticas de la empresa, su prioridad es para los accionistas, que están cada vez más frustrados por el desempeño financiero de Facebook. Muchos de esos accionistas probablemente estarían encantados de escuchar a la empresa matriz de Facebook, Meta Platforms Inc., anunciar el regreso del expresidente en la próxima semana más o menos.
Las publicaciones previas a la suspensión de Trump obtuvieron una enorme tracción: millones de me gusta y una avalancha indirecta de argumentos políticos entre amigos y familiares en millones de cuentas de Facebook
La suspensión en su momento estaba pautada para dos años. Hace unos días el equipo de Trump pidió por nota volver a Meta y la empresa aceptaría.
"En caso de que el señor Trump publique más contenido que viole las reglas, el contenido será eliminado y será suspendido entre un mes y dos años, dependiendo de la gravedad de la violación", escribió Nick Clegg, vicepresidente de asuntos globales de Meta, en una entrada de blog.
Es decir, vuelve pero bajo un sistema de control más estricto.
Las redes se han configurado como imprescindibles en el desarrollo del debate público y las campañas. Como sostenemos en nuestro newsletter "Comunicación" las plataformas digitales son verdaderos tanques geopolíticos y le pelean mano a mano la agenda a la televisión.
El "mainstream" de la información hace alusión a los nombres propios y los formatos que ocupan las franjas centrales de la atención pública y logran en un proceso de retroalimentación ser "portavoces de los acontecimientos más importantes" a la vez que poner "en agenda" los temas.
En ese sentido buena parte de la conversación gira en torno a las plataformas digitales por lo tanto estar en las tendencias y en los formatos digitales con contenido orgánico es un imprescindible de la nueva comunicación política