El Gobierno boliviano informó oficialmente que al menos 17 personas fueron detenidas en relación con el reciente intento de golpe militar. Entre los detenidos se encuentran figuras prominentes como Juan José Zúñiga, quien lideró el levantamiento en la Plaza Murillo, y Juan Arnez Salvador, excomandante de la Marina.
Además, se arrestaron a varios civiles, incluido Aníbal Aguilar, un exviceministro de la década de 1980 conocido por su trabajo en la erradicación de narcocultivos.
En una conferencia de prensa, el ministro de Gobierno Eduardo del Castillo presentó un organigrama detallando los militares arrestados y los que siguen bajo búsqueda activa, remarcando que las operaciones se centraron en el "entorno cercano" del exgeneral del Ejército. Según el ministro, los detenidos enfrentan condenas que varían entre 15 y 30 años de prisión.
El fracaso del operativo en Plaza Murillo
El pasado miércoles, aproximadamente a las 15:00 hora local, un grupo de militares se concentró en la Plaza Murillo, frente a la sede del Ejecutivo boliviano, con la intención de tomar el control del edificio.
Liderados por Zúñiga, lograron forzar la entrada y ocupar brevemente la sede gubernamental. Desde allí, Zúñiga lanzó duras críticas al Gobierno, especialmente contra Evo Morales, afirmando que "quieren que las Fuerzas Armadas no existan, quieren libertad en este país para hacer lo que les da la gana (...) El Ejército se encuentra movilizado, en emergencia, acuartelado... acudimos al clamor del pueblo (...) Aquí están las Fuerzas Armadas por su pueblo."
Pocas horas después, el presidente Luis Arce destituyó formalmente a Zúñiga de su cargo en una ceremonia oficial, poniendo fin a la revuelta. Posteriormente, la Policía arrestó a Zúñiga y se inició una investigación en la Fiscalía. Durante su detención, Zúñiga afirmó que el presidente Arce había orquestado la situación para "levantar su popularidad". "Ya desde el domingo en la noche los blindados empezaron a bajar", añadió.
La planificación del golpe y los cargos contra los acusados
Juan Arnez Salvador fue el segundo detenido importante en este caso, aunque las circunstancias de su arresto no fueron especificadas. Ambos detenidos enfrentarán cargos por terrorismo y alzamientos armados contra la seguridad y soberanía del Estado.
Las investigaciones preliminares indican que el intento de golpe había sido planificado durante más de tres semanas, comenzando en mayo. Este complot superó todas las advertencias de desestabilización que el Ejecutivo había recibido recientemente.
Del Castillo concluyó señalando la gravedad de la falta cometida por los oficiales, al destacar que "un militar no puede deliberar sobre política, no puede deliberar sobre temas dentro del territorio nacional".
Álvaro García Linera descartó la idea de un autogolpe y apuntó a la derecha
El ex vicepresidente de Bolivia entre 2006 y 2019, Álvaro García Linera repudió el intento del golpe de Estado que hubo contra el Gobierno de Luis Arce y aseguró que los poderes de facto están siempre latentes y “sacan la cabeza” cuando los proyectos progresistas se muestran débiles. García Linera llamó a reflexionar sobre el rol de los "poderes fácticos" que atentan contra los gobiernos en la región.
“En todo el mundo, en todas las democracias, hay poderes fácticos que escapan al voto. Las oligarquías empresariales, las fuerzas armadas y, en el caso de América, la Embajada norteamericana”, dijo García Linera apenas horas después del intento de golpe de Estado en Bolivia, donde el general detenido Juan José Zúñiga intentó ingresar al Palacio del Quemado con tanquetas, lo que desató las alertas del gobierno boliviano y de presidentes de toda la región, con excepción del argentino, Javier Milei.
El exvicepresidente sostuvo que “esos poderes fácticos siempre están ahí, al margen de la democracia”. Y que actúan “cuando ven debilidad en los gobiernos”. “Ayer le tocó actuar a una facción, a un pedazo muy conservador, del interior de las Fuerzas Armadas”, dijo.
La teoría del autogolpe
Sobre esta versión , García Linera se ubicó distante. “Se trata de peligros siempre latentes, que nunca desaparecen, pero que se vuelven más inmediatos cuando los gobiernos progresistas tienen dificultades, están débiles. Y quedan más silenciados cuando los gobiernos son fuertes”. De hecho, sostuvo que las declaraciones del propio exgeneral Zúñiga –quien se puso al frente la insurrección y luego al ser detenido aseguró que era todo un plan orquestado por Arce– “hay que tomarlas a título de inventario, porque ya un hombre detenido que no tiene nada que perder”.
“Esas son las fracturas internas que nos muestran débiles. Y las peleas internas nos hacen olvidar los enemigos mayores, que ayer sacaron la cabeza”, afirmó el exvice de Evo Morales.
Por eso, aclaró que “las fuerzas progresistas tienen siempre contradicciones. Pero cuando se convierten en fundamentales, dejamos de ver al verdadero adversario que está agazapado”. Finalmente, relató: “En Bolivia viene actuando desde principio de año con la corrida bancaria. Hay empresarios que no entregan sus dólares de exportaciones y prefieren dejarlos en sus cuentas norteamericanas. Y ahora este intento de golpe de Estado”.
