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Axel Kicillof y Veronica Magario asistieron al del Tedeum en la Catedral de La Plata

El mandatario y la vicegobernadora bonaerense formaron parte de la conmemoración liderada por el arzobispo Gabriel Mestre en el 214º aniversario de la Revolución de Mayo.

Sabado, 25 de mayo de 2024 a las 17 03

Por Ezequiel Bucetto

Sabado, 25 de mayo de 2024 a las 17:03

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, se sumó activamente a la conmemoración del 214° aniversario de la Revolución de Mayo, participando en la ceremonia encabezada por el arzobispo Gabriel Mestre en la majestuosa Catedral de La Plata. En este contexto, Kicillof instó a la defensa incansable de la "soberanía y la independencia de la Nación".

En compañía de la vicegobernadora Verónica Magario y distinguidos intendentes de la región capital, el mandatario provincial destacó las reflexiones del Arzobispo de La Plata, quien convocó a "no permanecer indiferentes ante las necesidades del pueblo".

En el marco del Tedeum por el 25 de Mayo, el arzobispo Gabriel Mestre lideró la ceremonia en la emblemática catedral ubicada en la Plaza Moreno de la capital bonaerense, donde hizo hincapié en la importancia de conectar con "las periferias geográficas y existenciales de nuestra región, escuchando con atención a los más desfavorecidos, descartados y vulnerables".

Kicillof y Magario participaron del Tedeum en la ciudad de la Plata

Durante su discurso en el Tedeum con motivo del 25 de Mayo, el Arzobispo de La Plata hizo un llamado a la renovación de los lazos entre gobernantes y ciudadanos, enfatizando la importancia de escuchar las voces de todos los sectores de la sociedad. "Es crucial que quienes ocupan roles de liderazgo y las personas comunes y corrientes nos escuchemos mutuamente, buscando comprender las necesidades tanto físicas como espirituales de nuestra comunidad", expresó Mestre.

El prelado también destacó las enseñanzas del Papa Francisco sobre la necesidad de fortalecer nuestra capacidad de escucha para mantener vínculos más profundos con Dios y con nuestros prójimos. Además, señaló que muchos de los problemas que enfrenta el país tienen su origen en la falta de empatía y atención hacia las necesidades de los más vulnerables.

Es importante mencionar que en el Tedeum participaron representantes de diversas religiones, funcionarios del gobierno provincial, legisladores, miembros del Poder Judicial y líderes de organizaciones civiles. Asimismo, se contó con la participación del Coro de Niños y Niñas del Teatro Argentino.

Entre los funcionarios presentes del Ejecutivo bonaerense estuvieron los ministros Carlos Bianco, Florencia Saintout, Javier Alonso, Javier Rodríguez, Juan Martín Mena y el titular de ARBA, Cristian Girard, además del gobernador Axel Kicillof y la vicegobernadora Verónica Magario.

Tras la ceremonia, Kicillof destacó la importancia de no ser indiferentes ante las necesidades del pueblo y de trabajar en mejorar la capacidad de escucha para construir un futuro más prometedor. "Es fundamental comprender que la soberanía y la independencia son valores fundamentales para nuestra nación, y debemos protegerlos en todo momento", sostuvo el gobernador.

Previamente, a través de sus redes sociales, Kicillof reiteró la relevancia de defender la soberanía nacional en cada aniversario del 25 de Mayo, señalando que quienes intentan socavar estos principios "atentan contra el futuro de todo un pueblo".

La reflexión del Arzobispo de La Plata, Gabriel Mestre

"Es crucial renovar nuestros lazos, tanto entre gobernantes y ciudadanos como dentro de la propia comunidad. Debemos aprender a escuchar las necesidades más profundas de nuestra gente, abordando las problemáticas desde su raíz", dijo Mestre durante su homilía.

El llamado del Arzobispo de La Plata a "renovar nuestros vínculos escuchándonos gobernantes y ciudadanos" resonó profundamente en el contexto actual, en el cuál las provincias están en conflicto con sus habitantes ante las politicas implementadas.

Asimismo, Mestre recalcó las enseñanzas del Papa Francisco sobre la necesidad de cultivar "nuestra capacidad de escucha para revitalizar nuestros lazos con Dios y con nuestros semejantes". "Muchos de los desafíos serios, e incluso graves, que enfrenta nuestra querida Patria, tienen su origen en la falta de empatía que nos lleva a la indiferencia", agregó.

Tedeum 25 de Mayo: García Cueva pidió que se acompañe con "hechos y no solo con palabras el esfuerzo de la gente"

El arzobispo porteño pidió que su homilía del Tedeum del 25 de Mayo no se utilice para "alimentar la fragmentación", sino como "un aporte para la reflexión de todos los actores de la sociedad".

Ante el presidente Javier Milei, el arzobispo porteño, Jorge García Cuerva, exigió en el Tedeum del 25 de Mayo "tomarse en serio las parálisis del pueblo" y no postergarlas "en nombre de un futuro prometedor".

"El mensaje que compartiré quiere ser un aporte a la luz de la palabra de Dios para la reflexión de todos los actores de la sociedad argentina, convencido de que entre todos construimos la Patria, más allá de saber que, luego, puedan ser tomadas algunas frases aisladas para querer alimentar la fragmentación", aseguró el cardenal primado de la Argentina al iniciar la ceremonia eclesiástica en la Catedral Metropolitana.

Y continuó: Hoy nos ponemos delante de Dios como nación y le pedimos que nos cure, porque parecemos tener las manos paralizadas para el encuentro que construye fraternidad, las manos paralizadas para abrazar a los heridos por la soledad y la tristeza, las manos paralizadas para ser solidarios con los que menos tienen”.

"Y también le pedimos a Dios que nos preserve de las manos manchadas de sangre por el narcotráfico, de las manos sucias de la corrupción y la coima, de las manos en el bolsillo del egoísmo y la indiferencia", señaló García Cuerva en su homilía por el 25 de Mayo.

El referente de la Iglesia pidió además que se tome con más seriedad la "parálisis" del pueblo. "Sabemos que hay parálisis que no se pueden procrastinar: su postergación en nombre de un futuro prometedor generarían consecuencias nefastas por irreversibles en la vida de las personas y por lo tanto de toda la sociedad, un precio muy alto a pagar que no nos podemos permitir: la malnutrición en la primera infancia, la falta de escolarización y accesibilidad a los servicios de salud, los ancianos y jubilados incapaces de sostenerse diariamente con un mínimo de dignidad, son algunos de esos ejemplos impostergables".

En su discurso, García Cuerva señaló que la mirada de Jesús "alerta sobre la insensibilidad con los más desprotegidos, reclama mayor compromiso y cercanía con los que sufren".

Las críticas ante la mirada del presidente

Desde la Catedral Metropolitana, y ante la atenta mirada del presidente Javier Milei, el referente del purpurado local apeló a la "conciencia" de cada uno: "En estos tiempos difíciles, ¿qué estoy haciendo por los más pobres y los que sufren? ¿Podremos mirarnos y responder esa pregunta, sin echar culpa como adolescentes, sino desde la responsabilidad de hacernos cargos, incluso si es necesario realizando una autocrítica madura que tanto necesita escuchar alguna vez nuestro pueblo?".

"Nuestra gente está haciendo un esfuerzo muy grande y nosotros no podemos hacernos los tontos. Hay que acompañar con hechos y no sólo con palabras ese enorme esfuerzo de nuestra gente. Por eso siguen doliendo algunas acciones de la dirigencia divorciadas de la ciudadanía de a pie, como los tan comentados autoaumentos de sueldos de algunas semanas atrás", lanzó.

Asimismo, en tiempos donde el discurso de odio sigue ganando terreno en la sociedad, García Cueva pidió "eliminar la doble vara" a la hora de juzgar a la política y remarcó: "No es lo mismo unirse que confabular; no es lo mismo fraternizar y forjar la cultura del acuerdo que ser cómplice del mal con el sólo ánimo de destruir al otro, de pensar estrategias para que al otro le vaya mal, creyendo que cuanto peor, mejor".

"Eso nos destruye a todos y carcome los cimientos de la Patria: es como un sismo que no nos permite nunca ponernos de pie", expresó el cardenal primado de la Argentina.

Y continuó: "El pasado nos enseña que todo lo que amamos se puede destruir en base a la instrumentalización y el odio, ya que priva al cuerpo social de las defensas naturales contra la desintegración y la fragmentación social, rédito instantáneo para los saqueadores de turno e incapacidad presente para pensarnos como Nación".

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