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Algunos golpistas brasileños que actuaron contra Lula están escondidos en Argentina

La Justicia del país vecino había condenado a estos prófugos que habían actuado contra el Gobierno de Lula.

Miércoles, 19 de junio de 2024 a las 12 22

Por Redacción

Miércoles, 19 de junio de 2024 a las 12:22

En Brasil aseguran que en la Argentina podría haber 100 brasileños que participaron del intento de golpe de Estado al presidente Lula Da Silva, y que podrían haber entrado al país mediante pasos no habilitados.

El hecho ocurrió en enero del 2023 en Brasilia, y lograron escaparse luego de romper las tobilleras electrónicas que tenían por orden del Tribunal Supremo de Brasil.

La Justicia brasilera condenó a 145 personas que asaltaron la Cámara de Diputados y el palacio del Planalto, la casa de La Justicia brasilera , la casa de Gobierno en Brasilia. Estaban con tobilleras, las rompieron y se fueron, en su mayoría, a la Argentina y otros a Paraguay. Algunos se exhiben en redes en Buenos Aires y hasta dieron notas", aseguró el periodista Raúl Kollmann en C5N."Entraron con documentos de otros o en baúles de autos. Algunos no entraron por Migración, sino por los ríos que están secos. No se sabe cuántos hay en Argentina", agregó, detallando la forma en la que lograron alcanzar su objetivo de llegar a la Argentina.

Dos de los ciudadanos, Luiz Fernandes Venancio y Marcos Siman Oliveira, realizaron declaraciones al respecto: "Me impusieron medidas cautelares, no podía salir de mi casa durante el fin de semana. No podía salir del radio de mi ciudad y yo tengo que trabajar (...) Mi libertad está por encima de mi propia vida. Entonces, si tuviera que escapar, si tuviera que ir a cualquier parte del mundo, si tuviera que cruzar el océano nadando, yo soy un hombre libre y voy a morir libre", dijo Fernandes.

Mientras que Oliveira explicó: "Decidimos venir acá porque no tenemos más certezas de que vayamos a ser encontrados inocentes y somos inocentes. Queremos que se respeten nuestros derechos y hoy no los tenemos garantizados. Los abogados no consiguen defendernos. Entonces buscamos asilo en este país, en Argentina, porque fue necesario".

  Cómo se otorga un refugio

El proceso en Argentina está regido por una ley de noviembre de 2006 y, de entrada, prohíbe la expulsión del país de la persona que pide refugio. De manera que se le otorga una especie de refugio provisorio. Y todo el proceso se tramita en la CONARE, que funciona en la órbita del Ministerio del Interior, pero que está integrada por cinco comisionados. Uno de Interior, el segundo del Ministerio de Justicia, el tercero de Cancillería, un representante de Desarrollo Social y un representante del (desaparecido) INADI. Pero, además, hay miembros con derecho a voz, pero no a voto. Un representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y un representante de las Organizaciones No Gubernamentales dedicadas al tema.

La ley le da una atribución al Ejecutivo de rechazar in limine el refugio. La referencia es poco precisa: “cuando ha cometido un delito contra la paz, un delito de guerra o un delito contra la humanidad”. Es evidente que el gobierno de Milei podría considerar el asalto al poder de los bolsonaristas como un delito contra la paz, pero también parece cantado que no lo hará. Todo hace pensar que les dará protección política, que esencialmente consiste en dilatar y dilatar.

En ese camino, como sucede en la mayoría de los casos, el pedido de asilo se judicializa e intervienen todas las instancias de la justicia federal. Un juez, la Cámara Federal, la Casación, hasta la Corte Suprema. En Uruguay ya vimos que Pepín Rodríguez Simón logró demorar las cosas dos años y medio. Sin embargo, la última palabra es siempre política: la extradición requiere de una decisión del Poder Ejecutivo. Es evidente que, por sintonía con el ex presidente y su hijo Eduardo, el gobierno de Milei no mandará a los bolsonaristas de regreso a su país. Lo mismo ocurrirá, seguramente, en Paraguay, donde también se ocultan algunos de los prófugos.

Lula y Milei, ni un saludo

La lógica indica que el Ejecutivo le contestará a Brasil en algún momento informando cuántos ingresaron al país y cuántos pidieron refugio. Y, a partir de ese momento, las cosas entrarán en la maraña administrativa y judicial. Dentro de Brasil la cuestión quedará clara: los bolsonaristas huyeron de la justicia y están prófugos.

En la relación Argentina-Brasil será otro punto de deterioro. Hace dos semanas, el gobierno de Lula autorizó la descarga de un buque de GNL cuando la falta del fluido empezaba a ser un drama en las estaciones de servicio y en las industrias. Pero en el G7 la hostilidad fue muy notoria y Milei y Lula no intercambiaron ni un saludo. De todas las situaciones conflictivas que enhebró Milei en estos seis meses -con México, Colombia, China, Rusia, los países árabes- la de Brasil es la de más relevancia, porque es el principal socio comercial y, sobre todo, porque es el gran vecino de la Argentina. 

 

 

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