Podemos poner el punto de partida en mayo de este año. Mas precisamente, el día 18 CFK anunciaba que sería candidata a vice-presidenta, y que Alberto Fernández encabezaría la formula. Esa decisión desato un cimbronazo en todo el escenario político.
En ese entonces, las redes sociales estaban atravesadas por la grieta. Los usuarios se expresaban insultando a los adversarios, y deseándoles todos los males posibles. En ese escenario, era muy difícil emitir un mensaje que no caiga en la polarización. Todo lo que se decía, era aplaudido por la audiencia propia y criticado por la tribuna de enfrente.
La decisión de dar un paso al costado de la ex presidenta, puede haber tenido muchos motivos, pero desde este punto de vista vemos que fue una bocanada de aire en el debate político. Se reconfiguró el escenario político, se produjeron alianzas impensadas, y algo empezaba a cambiar.
La primera reacción que detectaron en las interacciones de los usuarios de redes fue que la gente intentaba explicar todo desde la grieta. La pelea seguía siendo CFK vs. Macri, Alberto era un títere o chirolita de CFK, y todos los que se aliaban con quienes venían distanciados, eran catalogados como panqueques. La audiencia no percibía un cambio en las ofertas políticas.
Con el comienzo de la campaña, la grieta empezó a perder fuerza. La decisión de CFK de dejar la centralidad resultó efectiva. Alberto no solo logró mermar las menciones de chirolita, sino que ganó protagonismo en su espacio desplazando a CFK. De a poco, las menciones sobre la ex presidenta se fueron corriendo hacia los “extremos” de la grieta. Es decir, solo se acordaban de ella quienes querían expresar sentimientos de amor u odio hacia ella.
Al empezar la campaña, se vieron dos estrategias claras. El Frente de Todos quería discutir la crisis económica, y Juntos por el Cambio las obras de infraestructura realizadas. Ambos se sentían cómodos en esos temas, y tendían una trampa al adversario. Si el oficialismo hablaba de economía, tenía que explicar la crisis del país. Si la oposición discutía las obras, tendría que explicar las causas de corrupción ligadas a la obra pública. Tal vez por ello, Juntos por el Cambio pudo realizar anuncios sobre obras sin que su veracidad sea puesta en tela de juicio. (Ver informe publicado 10 de julio de 2019 https://www.gestionaplicada.com/analisis-spots-macri-obras ).
Las respuestas de los usuarios de redes iban en línea con estas propuestas, pero seguían sin cruzarse. No había debate, pero las expresiones perdieron fanatismo, y ganaron en argumentación. Hasta quien expresaban odio, lo empezaba a hacer dando motivos.
El quiebre se produjo en el tramo final de la campaña. Alberto realizó propuestas concretas hacia los jubilados (aumentos y entrega de medicamentos), cuando le consultaron como los pagaría introdujo el debate por el pago de intereses de Leliq, y en una entrevista televisiva desató el debate sobre el déficit fiscal.
El gobierno pisó el palito y quiso cruzarlo. Dujovne salió a discutirle los datos de déficit, Lousteau con criticas técnicas referidas a las Leliqs, etc. Ello impactó en las redes. Hasta los usuarios afines al macrismo, fueron dejando de lado las discusiones sobre corrupción, infraestructura, seguridad, y fueron a jugar de visitante. El Frente de Todos imponía el tema de debate, y era el que peor le sentaba al macrismo.
(Ver informe publicado el 03 de agosto https://www.gestionaplicada.com/macri-vs-fernandez-polarizacion)
El oficialismo buscó correr el eje de discusión en la última semana. El cierre de Macri a los gritos intentó reflotar su gestión en la Ciudad, queriendo ejemplificar que cuando pide tiempo después cumple.
La consultora Gestión aplicada, también afirma que: "Nuestros análisis de la campaña nos permitían concluir (ver informe publicado el 07 de agosto https://www.gestionaplicada.com/analsis-sensibilidad-mm-vs-af-paso) que el Frente de Todos lograba ganar la disputa por “lo real” de cara a las PASO, la crisis económica por sobre las obras. Los comentarios en redes sociales debatían quien defendía mejor el bolsillo. El resultado del domingo 11 de agosto demostró que Alberto Fernández supo interpretar la realidad planteada por la sociedad".