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No a la resignación

Por Cynthia García y Pablo Di Pierri

Lunes, 27 de marzo de 2023 a las 09 09
Foto: Tiempo Argentino / AFP

Mauricio Macri se sustrajo de la contienda electoral y abrió la posibilidad de que se reordene la interna opositora. Cómo impacta esta decisión en las filas oficialistas. Previsible para algunos o sorpresiva para otros, la jugada del fundador del Pro obliga a movimientos de adaptación no sólo a las tribus de macristas, radicales y miembros de la Coalición Cívica sino también del oficialismo.

Hay quienes interpretan que el gesto de Macri exigiría una acción equivalente de parte de Alberto Fernández pero desde el entorno del Presidente ya hicieron saber que no hay por qué moverse en espejo frente a lo que haga el elenco opositor. Se sabe que un sector del kirchnerismo promueve que el Jefe de Estado se rinda y deponga sus aspiraciones electorales pero el primer mandatario juega con el tiempo y resiste a las presiones cruzadas.

Asimismo, no faltan los que suponen que al correrse Macri pierde peso el polo concentrado en la órbita de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Analistas, consultores y timberos de cualquier mercancía arguyen que el anuncio del ex Presidente es un triunfo del centro o la moderación contra los que propugnan el conflicto, la confrontación o la intensidad política.

Macri declinó una posible candidatura presidencial

Un dirigente macrista que conversó ayer con La García advertía sobre el riesgo de incurrir en un error con esa hipótesis. A su criterio, la moderación no es tanta en la sociedad sino al contrario: a diferencia de lo que pregonan los sectores que respaldan a Horacio Rodríguez Larreta y los que, lánguidos o más o menos por inercia, todavía bancan a Fernández, este diputado del Pro sostiene que la grieta trasciende al sistema político y atraviesa a toda la población. Es la gente, dice, la que pide fervorosamente que se termine con tal o cual política, la que grita contra tal o cual dirigente, la que manifiesta con agresividad que se termine tal o cual experiencia.

Lo peligroso de ese asunto es que estaría revelando que no es la política la que conduce a la sociedad sino que es la sociedad la que impone un jacobinismo de derecha que la política no puede procesar.

De ahí que los esfuerzos del kirchnerismo no sean, precisamente, romper todos los puentes. El escenario más horrendo, si Cristina Kirchner no fuera candidata, es que el peronismo termine apostando a una PASO con figuras que no midan lo suficiente y se produzca la catastrófica situación de un ballotage entre Horacio Rodríguez Larreta y Javier Milei.

Queda mucho por andar pero el tiempo aprieta y la resignación no debería ser la divisa del peronismo.

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