Mientras Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich siguen sus giras por las provincias que tendrán comicios este domingo, como Tierra del Fuego, en el PRO siguen sin resolver problemas aún vigentes, como la selección de los candidatos en la Provincia o el visto bueno a la incorporación de José Luis Espert a Juntos por el Cambio.
Las tensiones en el seno del “partido amarillo” no aflojan y ya ni siquiera encuentros como los del último lunes en el barrio porteño de Palermo, en el que esta vez no hubo “foto de familia”, logran atemperar los desacuerdos.
El ingreso de Espert tensionó más la interna
Prueba de ello es que pese a la presión de Larreta para que el partido haga oficial la “bienvenida” a Espert a JxC, tal como hicieron la UCR, la Coalición Cívica y hasta el Peronismo Republicano de Miguel Pichetto, en el espacio conducido en los papeles por Federico Angelini, un delegado del tándem Macri-Bullrich, aún no hubo una “carta de aceptación” formal a la llegada del economista liberal.
Es uno de los temas que divide al espacio más competitivo de la coalición opositora y el que aspira a poder imponer al candidato ganador del espacio en las primarias del 13 de agosto próximo. Este factor, la posibilidad que de estas PASO pueda surgir un favorito para triunfar en las presidenciales, es lo que no ha hecho más que agigantar la tensión entre los precandidatos a la primera magistratura.
En el “campamento” de Bullrich observan que una posible candidatura presidencial de Espert no tiene otro objetivo que quitarle una porción del electorado en las primarias. Por eso por ahora resisten “bendecir” su inclusión en JxC.
En el armado larretista aseguran que esa no es la intención sino “ampliar” el armado opositor para hacerlo más competitivo respecto a los próximos comicios teniendo en cuenta la “fuga de votos por derecha” por el factor Javier Milei.
Las precandidaturas a Gobernador bonaerense
La otra indefinición del PRO es cómo articular las candidaturas en Buenos Aires. En ese distrito en las últimas semanas, quizás producto del nivel de disputa y de la falta de un candidato definido, se ha expuesto un estancamiento de la fuerza en las encuestas.
Es por eso que el larretismo busca imponer la candidatura única de Diego Santilli, tal vez el postulante con mejor valoración del distrito. El exministro de Seguridad porteño, por su parte, anhelaba ir “colgado” de ambas boletas presidenciales con la intención de robustecer su candidatura.
Pero aún no hay acuerdo. El problema es que Bullrich sigue manteniendo a una grilla de postulantes a la Gobernación, como Néstor Grindetti, Javier Iguacel y Joaquín de la Torre; este último viene de amenazar con un dar un portazo si la precandidata presidencial le abre la puerta a Christian Ritondo, otro aspirante al sillón de Dardo Rocha, que quedó "desenganchado" tras el renunciamiento de María Eugenia Vidal.
Otro motivo de preocupación en el PRO es la supuesta intención de Axel Kicillof de desdoblar la elección general en Buenos Aires, es decir, habilitación una votación distrital antes del 22 de octubre. Esa versión, que podría concretarse si el FdT va en lo más alto de la boleta con un candidato poco competitivo, obligaría a recalcular la estrategia al armado opositor.
