Sifan Hassan, la representante de Países Bajos, fue protagonista de uno de los momentos más formidables de Tokio 2020. Fue en la serie 2 de los 1500 metros femeninos: Después de escucharse la campana de la última vuelta, la keniana Edinah Jebitok tropezó y se desplomó justo delante de la neerlandesa.
Intentó esquivarla con un salto, pero no pudo. La pisó en la espalda, cayó de frente y se golpeó la rodilla izquierda contra la pista. Pero la gran candidata a ganar el oro mostró su gran espíritu competitivo, dejó atrás las frustraciones y excusas y encaró la última vuelta a pura velocidad. Quedaban menos de 400 metros, parecía que la carrera estaba perdida y las rivales se empezaron a alejar.
Sacó toda la fuerza que pudo y, antes de llegar a la curva final, alcanzó al grupo completo. Ahí empezó la locura: En la recta principal, alcanzó a las primeras de siete atletas y las pasó como si estuviera arriba de un auto al lado de sus competidoras.
Lo hizo otra vez por afuera, por el tercer carril y en el último metro final, Hassan superó a la australiana Jessica Hall y ganó la prueba de 1.500 metros con un tiempo de 4m5s17/100. Es cierto que su registro no fue de los mejores, quedó 17a en la clasificación general, pero el hecho de sobrepasar a sus 13 rivales en menos de una vuelta significo un triunfo aún mayor.
Sin embargo lo mejor para la atleta de 28 años, candidata en varias pruebas, llegó este lunes cuando se colgó la primera medalla dorada. Al igual que lo hizo en los 1.500, Hassan comenzó a levantar velocidad en la última vuelta para llevarse la victoria. Y así arribó a la meta con 15 metros de ventaja sobre su perseguidora, la keniana Hellen Obiri, y registró una marca de 14:36.79.
Esta es la primera de las tres medallas que busca la consagrada atleta de Países Bajos: Intentará alcanzar el triplete e irá por conquistar las pruebas de 1.500 (correrá por las semifinales el miércoles a las 7.12) y la de 10.000 (el sábado a las 7).
